Cada persona puede ir a la mascarada como le gusta. Tal vez disfrazada o con una careta.
Resulta una oportunidad para proyectar lo que nunca harían: bailar y cantar en la calle, conversar con desconocidos o inventar «un performance». Vale tudo (Vale todo).
La fantasía reinará en el gigante sudamericano para desahogar frustraciones, amores perdidos, festejar con familias o amigos.
En la ciudad de Río de Janeiro, el carnaval es reconocido mundialmente por sus desfiles de escuelas de samba en el Sambódromo, conjunto arquitectónico destinado a esas procesiones coreográficas y bailables.
Los desfiles del Grupo Especial están programados en la llamada Ciudad Maravilla para el 2, 3 y 4 de marzo.
Este año, la academia de samba Paraíso do Tuiuti narrará la historia de Xica Manicongo, una mujer trans que enfrentó persecución durante la Inquisición portuguesa en el siglo XVI. Tal enfoque busca resaltar la lucha contra la transfobia.
Salvador, capital del estado de Bahía (nordeste), es famosa por sus celebraciones callejeras y la fuerte influencia afrobrasileña.
En su jolgorio destacaran los tríos eléctricos, camiones equipados con sistemas de sonido que animan a multitudes en las calles.
Refulgente como Olinda, la ciudad de Recife, en el noroeste del país, presentará el 1 de marzo uno de los eventos más esperados: la parada «Galo da Madrugada», conocida por ser uno de las mayores cabalgatas de danza del mundo.
Aunque tradicionalmente a la sombra de Río, el carnaval de Sao Paulo tiene prominencia y sus desfiles se realizan en el Sambódromo de Anhembi, donde las principales escuelas de samba compiten en un espectáculo henchido de música y baile.
Historiadores señalan que el carnaval fue traído a Brasil por los colonizadores portugueses en los siglos XVI y XVII, exteriorizándose inicialmente a través del entrudo, una forma popular de saltar durante esas celebraciones.
Con el paso del tiempo, el festejo adquirió otras formas de manifestación, como el baile de máscaras. La aparición de las sociedades carnavalescas benefició a la reputación del carnaval entre los pobres, en su mayoría afrodescendientes.
A partir del siglo XX, su popularidad contribuyó al surgimiento de la samba, estilo musical muy influenciado por la cultura africana, y al desfile de sus escuelas, un evento que terminó siendo oficializado con el apoyo de los gobiernos.
Junto a las pomposas pasarelas en sambódromos, se consolidó otro carnaval que lleva a millones de personas, que bailan a rienda suelta de particular manera, a las calles de todo el país.
Todos esperan cada año el regreso del más grande festejo del pueblo brasileño, de los pobres, de los asalariados, de los desempleados; en definitiva, de los que, en estos días, trasgreden las normas, toman las plazas y pueden, por fin, gritar sus penas, alegrías y deseos.
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Prensa Latina 28/02/2025