El senador y dirigente del PAN, Marko Cortés, propuso el 3 de octubre, tipificar al narcotráfico como “terrorismo” y pedir la “colaboración internacional” contra el crimen organizado, para que ayuden instituciones internacionales (léase la intervención de Estados Unidos), a eliminar el terror con el que viven varias comunidades de México (Infobae 3/10/24). Hace tres años, Lilly Téllez, senadora del PAN, presentó una iniciativa de reforma para que a los miembros de cárteles de la droga que hagan uso de violencia y causen alarma, temor o terror entre la población mexicana, también sean procesados por el delito de terrorismo (Infobae 7/7/21). Esta postura da seguimiento a la línea de integración militar y sometimiento que iniciaron los presidentes Fox y Calderón.
En Estados Unidos producen las armas, las venden y las exportan a México, allá lavan el dinero y se distribuye la droga a lo largo de todo el territorio sin que, según ellos, exista algún cartel estadunidense. Así justifican la intervención militar en todo el continente, para ello cuentan con el Comando Norte y el Comando Sur, además de todas sus agencias de inteligencia para promover sus intereses.
En EU, el comandante del Comando Norte de Estados Unidos (NORTHCOM), general Glen VanHerck, en una audiencia ante el Comité de Fuerzas Armadas en el Senado, resaltó que en México, el narcotráfico, migración y trata son “síntomas de un problema más grande… y eso es el de las organizaciones criminales trasnacionales”, ya que “la inestabilidad que generan… ofrece oportunidades para actores como China, como Rusia, y otros que podrían tener actividades nefastas en mente para buscar acceso e influencia en nuestra área de responsabilidades de una perspectiva de seguridad nacional” (Proceso 24/3/22). Un año después, a principios de 2023, los congresistas Dan Crenshaw y Mike Waltz, dos republicanos de Texas y Florida respectivamente, introdujeron la “Resolución de AUFM [Autorización para el Uso de la Fuerza Militar] sobre la influencia de cartel”. En un lenguaje que hace eco de la amplia autorización de 2001 para el uso de la fuerza militar en respuesta a los ataques del 11 de septiembre de ese año, la legislación pretende facultar al presidente para usar “toda la fuerza necesaria y apropiada” contra aquellas “naciones extranjeras, organizaciones o personas extranjeras afiliadas a organizaciones extranjeras” que el presidente determine que han cometido delitos específicos relacionados con las drogas o utilizado la violencia para controlar territorio con fines ilícitos (IBERO 10/2/23).
En 2021, el gobernador de Texas Greg Abbott propuso etiquetar a los cárteles y traficantes de migrantes como terroristas y el 10 de marzo de 2023, 21 fiscales de estados republicanos pidieron a Biden lo mismo. Recordemos que, durante su gobierno, el presidente republicano Donald Trump también impulsó esa propuesta y anunció en noviembre de 2019 que la estaba considerando.
El miércoles 29 de marzo del año pasado, el senador republicano por Carolina del Sur, Lindsey Graham, presentó una iniciativa para designar a los cárteles mexicanos como organizaciones terroristas extranjeras. La propuesta es una muestra más de las insistencias del ala republicana estadounidense para que México interceda más notoriamente en su lucha contra los grupos armados (El País 29/3/23).
El general Michael Guillot, miembro de las fuerzas aéreas de EU y que ha servido como comandante del Comando Norte de Estados Unidos, declaró el 13 de marzo de este año, que los cárteles tienen mayor disposición para enfrentarse a las fuerzas de seguridad mexicanas, que la migración irregular ha alcanzado niveles récord en el último año, que aumenta la violencia relacionada con el narco y la lucha entre cárteles rivales por el control del tráfico de drogas y migrantes, lo que genera inestabilidad y desafíos al estado de derecho. Al hablar así, alimenta la idea de la necesaria intervención armada de EU en México para “ayudar a combatir al crimen organizado” (La Jornada 13/3/24).
El jefe del Comando Norte de Estados Unidos, el general Glen VanHerck, concluyó una visita a México, el jueves 29 de junio pasado, en la que se reunió con funcionarios del gobierno federal para tratar asuntos relacionados con la cooperación bilateral en materia de seguridad, de acuerdo con el embajador de Estados Unidos, Ken Salazar. El jefe del Comando Norte se encontró con los secretarios de la Defensa Nacional, Luis Crescencio Sandoval, y de la Marina, Rafael Ojeda, en la residencia oficial del embajador Salazar, quien publicó en redes sociales una fotografía del encuentro en la que los tres militares aparecen vestidos de civil. “¡La compatibilidad militar operativa se construye a través de relaciones duraderas y oportunidades de entrenamiento combinado con ustedes!”, apuntó el Comando Norte en redes sociales tras la reunión con los militares mexicanos.
Sin embargo, tras ese fin de semana la Cámara de Representantes de Estados Unidos aprobó el lunes 2 de julio, una nueva cláusula que quita al Comando Norte del Pentágono la responsabilidad de conducir las relaciones militares con México. Si el Senado confirma la norma, México pasaría a estar en el Comando Sur, donde Washington contempla a los países de América Latina y el Caribe (Infodefensa 5/7/24). La iniciativa promovida por los Republicanos todavía tendría que ser aprobada por el senado, lo que es improbable porque los protocolos y procesos conjuntos que involucran a las fuerzas armadas de Estados Unidos y México están acoplados y el Pentágono recibe del Ejército Mexicano datos estratégicos, además de venderle tecnología y equipos de manera preferencial.
Sin embargo, México ha participado desde 2014 en los ejercicios Tradewinds que organiza anualmente el Comando Sur de Estados Unidos, desde el año de 1984, después de la invasión de EU contra Granada y de cara a las “amenazas de la entonces URSS y Cuba”. Por primera vez, en 2022, México fue coanfitrión junto con Belice, en esa ocasión las maniobras se realizaron en nuestro territorio: en Chetumal, Cozumel y Playa del Carmen, entre el 7 y 21 de mayo. El ejercicio anual, organizado por el Comando Sur de Estados Unidos, cuenta con un enfoque de colaboración multinacional y multidominio (terrestre, aéreo, marítimo, anfibio y escenarios de ciberseguridad).
Por cierto, mandos militares mexicanos estuvieron presentes el 24 de mayo pasado en Panamá, en una academia policial de la ciudad capital donde la jefa del Comando Sur estadounidense, uno de los siete comandos unificados de EU, la general Laura Richardson, advirtió ante mandos militares de América Latina, la necesidad de unirse para enfrentar las “amenazas contra las democracias” que llevan a cabo gobiernos autócratas. El evento se realizó en la clausura de maniobras militares conjuntas en las que participaron militares y fuerzas especiales de cerca de una veintena de países americanos, entre ellos Estados Unidos, México, Colombia, Perú, Guatemala, Honduras y El Salvador.
Richardson afirmó que el equipo de la democracia “es un equipo poderoso que trabaja en todos los ámbitos para garantizar un hemisferio occidental libre, seguro y próspero” (France 24/5/24). Esta declaración es un llamado abierto a las fuerzas militares a emprender golpes de Estado contra lo que EU llama “dictaduras”, es decir, cualquier gobierno progresista de América Latina y del Caribe.
En el bicentenario de la Doctrina Monroe, el 2 de diciembre de 2023, Laura Richardson, jefa del Comando Sur, había pedido en el senado en Washington, la reactualización de la Doctrina Monroe para asegurar los recursos de América Latina y la importancia para su país de “suministrar asistencia” a la región sudamericana y caribeña a la luz de sus “recursos naturales infinitos y estratégicos”, además de la necesidad de rivalizar con los contratos que China ha concluido con los países sudamericanos. “Ya es tiempo de actuar”, declaró y precisó el objetivo de su país de recuperar el liderazgo hemisférico de cara a su “concurrente estratégico asiático”.
Recordó las riquezas que tiene América Latina y el Caribe: “El petróleo, 50% de la soya mundial, 30% del azúcar, de la carne y del maíz proceden de esta región”, indicó la general Richardson que citó ejemplos de los recursos estratégicos que “debe ocupar nuestra atención” en el marco de la Doctrina Monroe actualizada.
La jefa del Comando sur, ha expresado públicamente su interés por los recursos naturales de la región, sobre todo por el “el triángulo del litio: Argentina, Bolivia y Chile”, así como “el petróleo, el cobre y el oro de Venezuela”, “el pulmón del mundo: la Amazonia” y “31% del agua dulce del planeta”.
En la Conferencia Sudamericana de Defensa, SOUTHDEC 2022, realizada en Quito con la presencia de los jefes de defensa de 11 países de la región, advirtió sobre las amenazas y daños que EU considera que China está generando en la región, en materia de medio ambiente, ciberseguridad y desestabilización política. Además, denunció que el país asiático continúa apoyando regímenes “autoritarios” en Venezuela, Cuba y Nicaragua. Instó a combatir al crimen transnacional y el narcotráfico necesariamente con trabajos coordinados entre los países de la región como si se tratara de un “equipo de fútbol” donde cada uno juega en una posición determinada (CNN en español 14/9/22). Lo que no dijo es que EU es el director técnico y dueño de ese “equipo”.
Son claras las intenciones de EU de continuar su dominio e injerencia en toda América Latina, comenzando por México, como deja ver el papel de la oposición prianista que es usada como punta de lanza para el sometimiento de nuestro país a los intereses hegemónicos de Washington. Estamos alerta para frustrar los planes del Imperio en nuestras tierras, con el pretexto de “ayudar a combatir el crimen organizado”. Las y los mexicanos defenderemos sin titubeos nuestra soberanía contra los planes del agresivo vecino del norte.