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Claudia Sheinbaum: La Promesa de una Nueva Era para México


Ciudad de México, 1 de octubre de 2024


 

En una histórica ceremonia llena de simbolismo y esperanza, Claudia Sheinbaum Pardo tomó protesta como la primera Presidenta Constitucional de los Estados Unidos Mexicanos. Ante un ambiente cargado de emoción y solemnidad, Sheinbaum asumió el cargo, marcando el inicio de una nueva era para el país, con un firme compromiso de continuar el legado de transformación iniciado por su predecesor, Andrés Manuel López Obrador.

La sesión comenzó con la Presidenta de la Mesa Directiva de la Cámara de Diputados, Ifigenia Martínez, pidiendo a todos los presentes ponerse de pie para recibir a la presidenta electa. Siguiendo el protocolo establecido por el artículo 87 constitucional, Sheinbaum juró “guardar y hacer guardar la Constitución”, un acto que fue acompañado por el aplauso de los más de 500 legisladores, funcionarios y dignatarios nacionales e internacionales reunidos en el recinto legislativo.

La emoción se hizo presente cuando, tras la rendición de protesta, Claudia Sheinbaum recibió la banda presidencial. En ese momento, la historia de México alcanzó una de sus cumbres más significativas: por primera vez, una mujer asume la presidencia, un hito que marca un antes y un después en la lucha por la igualdad de género en el país. Con aplomo y serenidad, Sheinbaum dio su primer mensaje como presidenta, visiblemente conmovida, pero firme en sus convicciones.

“El 2 de junio de 2024, el pueblo de México expresó que es el tiempo de las mujeres y de la transformación”, declaró Sheinbaum ante la mirada atenta de los presentes, entre ellos 105 delegaciones internacionales. Entre los asistentes se encontraban líderes de todo el mundo, incluidos los presidentes de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, y de Chile, Gabriel Boric, así como la doctora Jill Biden, primera dama de los Estados Unidos, quien asistió en representación del presidente Joe Biden.

En su discurso, Sheinbaum rindió homenaje a Andrés Manuel López Obrador, su mentor y amigo, a quien describió como “uno de los líderes más importantes de la historia moderna de México”. Comparándolo con figuras tan emblemáticas como Lázaro Cárdenas, Sheinbaum reconoció en López Obrador al artífice de la Cuarta Transformación, el movimiento que ha cambiado el rostro de México en los últimos años. “Es, sin duda, el presidente más querido de los últimos tiempos, y su legado vivirá por siempre en el corazón del pueblo”, afirmó con determinación.

El discurso de la nueva mandataria no solo fue un reconocimiento al pasado, sino también un mapa para el futuro. Con claridad, expuso los pilares fundamentales que guiarán su gobierno: justicia, democracia, igualdad y desarrollo sustentable. Sheinbaum destacó que la lucha por la justicia social no es nueva, sino que está arraigada en las raíces mismas de la historia de México. Mencionó a héroes nacionales como Miguel Hidalgo, José María Morelos, Vicente Guerrero, Benito Juárez y Emiliano Zapata, quienes dedicaron sus vidas a la libertad, la soberanía y la igualdad. En ese sentido, la presidenta hizo un llamado a continuar esa lucha, ahora desde un enfoque contemporáneo que privilegia el bienestar del pueblo, la equidad de género y el respeto al medio ambiente.

Uno de los puntos más emocionantes de su discurso fue cuando habló sobre el papel de las mujeres en la sociedad mexicana. “Hoy, más que nunca, las mujeres tenemos la oportunidad y el derecho de ser parte fundamental en la construcción de un México más justo e igualitario”, dijo con orgullo, recordando el momento histórico que vive el país. Subrayó la importancia de la igualdad sustantiva, condenando cualquier forma de discriminación, y prometió impulsar políticas públicas que garanticen el acceso de las mujeres a oportunidades equitativas en todos los ámbitos.

El compromiso de Claudia Sheinbaum con el medio ambiente fue otro de los ejes de su mensaje. Haciendo referencia al cambio climático como uno de los retos más importantes de la actualidad, anunció un ambicioso plan de transición hacia energías renovables. México, dijo, está llamado a ser un líder global en la reducción de emisiones de gases de efecto invernadero y en la implementación de energías limpias. Este proyecto se alinea con su visión de un desarrollo sustentable que no solo beneficie a la economía, sino que también preserve el patrimonio natural de las futuras generaciones.

En cuanto al ámbito económico, Sheinbaum aseguró que continuará los programas de bienestar social que han sido el estandarte del gobierno anterior, como la pensión universal para adultos mayores y las becas para estudiantes. Al mismo tiempo, prometió un manejo fiscal responsable que garantice la estabilidad económica del país, así como la protección de inversiones tanto nacionales como extranjeras. También mencionó que se seguirá aumentando el salario mínimo, con el objetivo de reducir la pobreza y mejorar la calidad de vida de todos los mexicanos.

En el terreno de las relaciones internacionales, Sheinbaum reafirmó su compromiso con una política exterior independiente. “México no será jamás subordinado de ninguna potencia extranjera”, sentenció con firmeza, dejando claro que su gobierno buscará relaciones de cooperación y respeto mutuo con todas las naciones, sin comprometer la soberanía nacional. Asimismo, reiteró la importancia de la diplomacia como herramienta para la paz y el desarrollo, y aseguró que México será un aliado en la lucha por la justicia global y el respeto a los derechos humanos.

El mensaje de la presidenta concluyó con una nota optimista, destacando su visión de un México unido, fuerte y en constante transformación. “El camino no será fácil, pero con la unidad del pueblo y el amor por nuestra patria, superaremos cualquier obstáculo”, afirmó, evocando el espíritu de lucha y resiliencia que ha caracterizado a los mexicanos a lo largo de su historia.

“La política debe basarse en el amor; el amor a México, el amor a su gente y el amor a la justicia”.

Al finalizar su discurso, los aplausos resonaron en el recinto. Los rostros de los asistentes reflejaban el sentimiento de estar presenciando un momento histórico, un momento que, sin duda, marcará el rumbo del país en los años por venir.

Claudia Sheinbaum ha tomado las riendas de México con una promesa clara: seguir transformando al país, siempre en beneficio de su gente, con justicia, equidad y sostenibilidad como pilares. Una nueva era ha comenzado, y el pueblo mexicano mira al futuro con esperanza.

 

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Redacción

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