Estados Unidos y sus socios europeos están redoblando su apoyo al primer ministro israelí Benjamin Netanyahu en los últimos días de la administración Biden, preparando el terreno para que los militares occidentales participen directamente en las atrocidades israelíes o, incluso, en una confrontación regional más amplia.
Una serie de acontecimientos demostraron el compromiso cada vez mayor de los países de la OTAN con Israel, con el nuevo primer ministro del Reino Unido, Keir Starmer, a la cabeza.
“Los vuelos de las fuerzas especiales estadounidenses a Israel desde una base aérea británica se han duplicado en frecuencia desde que Keir Starmer sustituyó a Rishi Sunak como primer ministro”, informó el sitio web Declassified UK.
“EEUU está utilizando Akrotiri para entregar armas a Israel”, reveló el medio, refiriéndose a la gran base aérea del Reino Unido en Chipre. “El Gobierno del Reino Unido se negó hace tiempo a dar detalles sobre el uso estadounidense del territorio británico para apoyar el asalto israelí a Gaza”, agregó.
Starmer fue muy criticado por hacer uso de las acusaciones de antisemitismo durante su etapa como líder del Partido Laborista británico. Tras haber cooperado con el exjefe Jeremy Corbyn y sus partidarios, Starmer acabó expulsando a Corbyn del partido y purgó a los candidatos y miembros favorables a Corbyn. Un informe publicado en 2022 reveló que se utilizó una crisis de antisemitismo inventada dentro del Partido Laborista para socavar a Corbyn, que es una destacada figura antiimperialista y partidaria de la causa palestina.
El antiguo gobierno checoslovaco concluyó que Starmer era un probable activo de la inteligencia occidental en un informe interno escrito en la década de 1980. El exdirector de la Agencia Central de Inteligencia de EEUU, Mike Pompeo, sugirió en 2019 que Estados Unidos trabajaría para evitar la elección de Corbyn como primer ministro británico, allanando el camino para que Starmer ocupe el puesto en su lugar.
El índice de aprobación del archisionista, y probable agente de inteligencia, como primer ministro se sitúa ahora en solo el 26%, según encuestas recientes.
“En noviembre de 2023, un oficial militar estadounidense reveló que las fuerzas especiales estadounidenses estaban estacionadas en Israel y ayudando activamente a los israelíes”, señaló el periodista Matt Kennard.
Aunque el personal militar de EEUU prestó asistencia a la operación de Israel en la Franja de Gaza durante el último año, la administración Biden señaló, a mediados de octubre, un compromiso abierto de las tropas estadounidenses en el país en un comunicado emitido por el Pentágono.
“Por orden del Presidente, el Secretario [de Defensa estadounidense, Lloyd] Austin autorizó el despliegue de una batería de Defensa Aérea de Gran Altitud Terminal [THAAD, por sus siglas en inglés] y la tripulación asociada de personal militar estadounidense en Israel para ayudar a reforzar las defensas aéreas de Israel”, declaró el secretario de prensa, el general de división Patrick S. Ryder.
Añadió que la medida estaba destinada a salvaguardar las instalaciones militares del país tras el ataque de represalia de Irán a principios de octubre.
Se cree que unos 100 soldados estadounidenses serían enviados a Israel para operar el sistema THAAD. Los observadores advierten de que esta decisión podría servir como casus belli para enviar tropas a luchar con Israel si un miembro del servicio estadounidense resulta herido o muerto en un ataque contra un objetivo militar israelí.
La cifra oficial de muertos en Gaza es de casi 43.000. Un estudio publicado en la revista médica británica The Lancet afirma que acabará acercándose a los 200.000, ya que los palestinos se enfrentan la hambruna, la desnutrición y la falta de atención médica.
La Corte Penal Internacional (CPI) solicitó la detención de Netanyahu y del ministro de Defensa israelí, Yoav Gallant, por crímenes de guerra, mientras que la Corte Internacional de Justicia (CIJ) está investigando a Israel por un genocidio “plausible” en la Franja de Gaza.
La posibilidad de que Israel rinda cuentas por su actuación en territorio palestino aumenta la probabilidad de que dirigentes occidentales como Starmer y el presidente estadounidense Joe Biden sean considerados penalmente responsables por su apoyo a Israel, que incluye el suministro de armas, la ayuda en la planificación militar y la cobertura diplomática en foros como las Naciones Unidas.