
El cuestionamiento fue directo a la política de feroz ajuste económico del gobierno del presidente Javier Milei quien estaba en primera fila en una abarrotada Catedral a uno de los costados de la Plaza de Mayo.
En un duro discurso por el rumbo errante del país ante una templo colmado de funcionarios nacionales y de la Ciudad de Buenos Aires, el arzobispo convocó al diálogo de la sociedad: “No se construye desde la guerra entre nosotros”.
La represión policial el último miércoles en la Marcha de la Dignidad que realizan jubilados frente al Congreso de la Nación dejo 80 heridos. Los “Grandes” como se les llama en Argentina a las personas de la tercera edad, exigen un incremento de las pensiones que les ayude a terminar el mes.
Recientemente, trascendió que el 91 por ciento de las familias argentinas están endeudas por solicitar créditos para cubrir, básicamente, alimentación, vestimenta, y que en 15 meses de gobierno de Milei desaparecieron 13 mil 111 empresas con la consiguiente pérdida de empleos.
Además, se conoció por estos días que el ejecutivo eliminó medio millón de becas del Programa Progresar concebido para atraer al sistema educacional a niños, jóvenes pobres y de familias de bajos ingresos, y asegurar su capacitación.
“Venimos a pedirle a Dios que nuestra Argentina se cure y viva. Experimentamos que se está muriendo la fraternidad, la tolerancia, el respeto. Y si se mueren estos valores, se muere un poco el futuro, y se muere la esperanza de forjar una Argentina unida, una Patria de hermanos”, sentenció García Cuerva.
Avaló el justo reclamo que realizan los “viejos” todos los miércoles: «Los jubilados merecen una vida digna con acceso a los medicamentos, a la alimentación, muchos podrán ser tristes responsables de esta situación, pero la oportunidad de resolverla es hoy”, exigió el arzobispo.
“¿Hasta cuándo deberán reclamar por jubilaciones dignas? La Argentina sangra en la inequidad entre los que se laburan todo y los que viven de privilegio que los alejó de la calle”, remarcó ante la mirada del impertérrito presidente.
El jefe de la Iglesia Católica en Buenos Aires repudió la violencia y la intolerancia que se vive en la calle pero también en las redes sociales:
“Son los que odian y justifican su desprecio; ‘el terrorismo de las redes’, como decía el papa Francisco, y hemos pasado todos los límites: la descalificación, el destrato y la difamación parecen moneda corriente”, argumentó en alusión a los agravios que propalan los activistas del gobierno.
«Hay quienes se burlan de Jesús, son los ‘haters’ (odiadores) de aquella época, los que difaman, desprecian o critican destructivamente a una persona, entidad u obra”, comparó y advirtió: «Hemos pasado todos los límites».
Los argentinos celebran este domingo el aniversario 215 de la Revolución de Mayo que condujo al nacimiento de la Nación Argentina, pero lo hacen en un ambiente de júbilo decaído por la precariedad en la que hoy viven.
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Prensa Latina 25.05.2025