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Desintegración Económica y Conflictos Globales: Una Mirada al Estado Actual de las Economías de la OTAN – Programa del 18 de diciembre de 2024 – REPETICIÓN

 



PROGRAMA ESPECIAL


POR GERARDO CASTILLEJA


¿Qué tal? Buenas tardes, es un gusto estar de nuevo aquí con ustedes en el programa. Un saludo a nuestra querida audiencia y también a nuestros colegas aquí en la mesa.
Por supuesto, un saludo a la maestra Celeste Sáenz. Yo quiero comentar en este espacio el estado actual de las economías más avanzadas de los principales miembros de la OTAN. Estos gobiernos, que abiertamente están llevando a cabo provocaciones muy, muy graves contra Rusia y China, están extendiendo sus sanciones a más de 20 naciones. Estas sanciones económicas están provocando verdaderamente problemas enormemente graves en sus propios estados.

 


Impacto de las sanciones económicas en los países de la OTAN


El estado de estas economías es verdaderamente deplorable. Tenemos pérdidas de puestos de trabajo y también caídas en la producción, que cada vez empeoran más en sectores básicos. Por ejemplo, en el acero, que es fundamental para toda la industria, así como en la fabricación de vehículos, productos químicos, agricultura y producción de alimentos.

Esta semana, el consejero delegado de la siderúrgica alemana GMH Systems, una muy importante siderúrgica alemana, anunció que van a despedir a 6,000 trabajadores porque ya no pueden seguir funcionando en Alemania ni mudarse al extranjero. Las instalaciones son extremadamente difíciles de trasladar, así que simplemente habrá un recorte drástico.

En Estados Unidos, este pasado fin de semana, los trabajadores del acero también salieron a las calles en Pittsburgh, el centro acerero norteamericano. Hubo peticiones de la población y de los trabajadores exigiendo que el gobierno permita a Nippon Steel, la más importante acerera japonesa, comprar siderúrgicas en Estados Unidos, con la esperanza de preservar las fábricas y, por supuesto, los empleos.

Sin embargo, los manifestantes dijeron que no confían en las promesas ni de Biden ni de Trump. La situación es complicada porque el Comité de Inversión Extranjera en Washington, integrado por nueve agencias federales, tiene las pláticas estancadas. No se pueden poner de acuerdo sobre si permitir o no que Nippon Steel compre acereras en Estados Unidos para mantenerlas funcionando.

Así que hay un estancamiento en general, no solo en el acero, sino en todos los sectores de Estados Unidos, y, por qué no decirlo, también en parte de Canadá.

 

 


Problemas políticos y cambios de liderazgo


Cuando uno observa Europa, la situación es similar. Allí no solo enfrentan problemas industriales, sino también políticos.

El canciller Olaf Scholz, como se sabe, ayer perdió el voto de confianza que el parlamento alemán, el Bundestag, le tenía que otorgar. Ese voto lo pierde. Por lo tanto, Scholz tiene que irse del gobierno y, en febrero del próximo año, se celebrarán las nuevas elecciones. Se tiene que formar un nuevo gobierno.

Como decíamos hace un momento, en Canadá, aún también con caídas en su producción industrial, tenemos que el gobierno canadiense se vio sacudido apenas ayer por la renuncia de la ministra de Finanzas, Chrystia Freeland. No sabemos los detalles de por qué renunció, pero sí hay una creciente inestabilidad, no solo en Canadá y en los Estados Unidos, sino en todos los países de la OTAN.

 

Fotografía: AP

 


La propuesta de desescalada y el rol de los BRICS


Esto parece ser una norma entre los países de la OTAN que se suma, pues, claramente a un proceso de desintegración económica. De manera que, si estos países están pretendiendo que van a incrementar drásticamente su producción industrial para la guerra, haciendo recortes —como lo ha exigido el gobierno alemán a su población, o el gobierno francés también, e incluso el resto de países de la OTAN, con bajas tasas de producción y caídas en la productividad—, es difícil pensar que puedan sostener una economía de guerra.

Por lo tanto, las provocaciones que se están llevando a cabo de forma continua contra Rusia, China, Corea del Norte, Irán, en general, resultan verdaderamente increíbles. Es una locura.

Ahora, en este momento, la respuesta que ha dado el Occidente colectivo es que no están dispuestos a establecer una desescalada. Lo que acaba de hacer Rusia, y que se comentó en los programas anteriores, es el lanzamiento del misil Oreshnik, un misil muy avanzado que está imponiendo nuevos principios para la propia guerra. Esto es porque se trata de un misil que tiene todas las ventajas de un misil nuclear, pero no es nuclear: no emite radiación, no usa combustible nuclear ni explosivo nuclear, pero tiene una capacidad destructiva puntual tremenda.

El lanzamiento de ese misil era claramente un aviso para que Occidente se dejara de sus juegos y empezara ya a tratar directamente los acuerdos de paz y desescalar los conflictos. En lugar de armar nuevos conflictos o profundizar los que ya están, es necesaria una desescalada. Esta es la constante que está ocurriendo en el mundo.

Los países BRICS, y los países de la Iniciativa de la Franja y la Ruta, están dispuestos a ampliar los acuerdos, las negociaciones y tratar de que Occidente responda. Esperemos que Trump, que llega en semanas, entienda el mensaje que están mandando Rusia y los aliados de la Franja y la Ruta, los BRICS, con China, con la India y otros países, de que el mundo necesita diálogo, no más guerras.

Es cuanto lo que yo quería comentar. Muchas gracias.

 

Foto: EFE/EPA/Alexei Danichev

 


 

Autor:

Gerardo Castilleja

Corresponsal de la revista EIR, fundada por Lyndon Larouche,

Miembro del Instituto Schiller en México y

el Club de Periodistas de México A.C.

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