
POLÍTICA Y SOCIEDAD
POR PABLO MOCTEZUMA BARRAGÁN*
Daniel Noboa, quien el año pasado ordenó el asalto a la embajada de México en Ecuador, acaba de reelegirse de manera fraudulenta en las elecciones del domingo 13 de abril, violando la ley flagrantemente mientras el Consejo Nacional Electoral (CNE) cerró los ojos.
El fraude de Noboa -protegido de Trump- ha sido descarado: decretó el estado de excepción en siete provincias donde perdió la primera vuelta, suspendiendo los derechos civiles de inviolabilidad de domicilio, la libertad de tránsito y reunión. Violó la ley en el momento de silencio electoral en las cadenas gubernamentales emitiendo anuncios cuatro veces al día sobre “logros” del gobierno. Hubo un abierto uso de recursos públicos y de funcionarios gubernamentales en el proselitismo partidista oficialista, repartieron bonos y dádivas con recursos del Estado. Violó la Constitución al no solicitar licencia para ser candidato. El CNE cambió de lugar, a última hora, 28 recintos electorales donde Noboa perdió en febrero pasado en la primera vuelta. Y el día de las elecciones se desplegaron 45 mil militares para amedrentar a las y los votantes.
Es declarado “ganador” en las elecciones con 11 puntos arriba de Luisa González, mientras que existen más de 3 mil actas inconsistentes. Miles de votos para Luisa González desaparecieron sorpresivamente durante el conteo, y en numerosos recintos electorales los votos para Noboa se dispararon a niveles estadísticamente imposibles.
Intervención de EE.UU. en Ecuador: Bases Militares y Apoyo al Gobierno de Noboa
Es un escándalo, pero su gobierno está apoyado por Washington y sus cómplices. Noboa, quien nació en Miami, EU, autorizó el ingreso de militares de ese país a territorio ecuatoriano, les ha entregado las islas Galápagos y piensa reabrir la base de Manta a las tropas estadounidenses para beneplácito del Comando Sur.
Ante el fraude, el movimiento Revolución Ciudadana de la candidata Luisa González desconoce los resultados y exige una investigación inmediata e independiente de todo el proceso electoral, no solo el escrutinio final.
Pero eso sí, como relámpago reconocieron el “triunfo de Noboa”, Donald Trump, el empresariado ecuatoriano, la líder opositora ultraderechista venezolana María Corina Machado quien lo considera el triunfo de “las Américas”. Acompañaron este coro de súbditos del imperio el presidente Lula de Brasil y Boric de Chile, en contraste con la actitud que tuvieron ante el triunfo electoral de Nicolás Maduro en Venezuela, en ese caso se unieron la campaña de la derecha mundial exigiendo de inmediato “acta por acta” y cuestionaron al CNE venezolano. En la elección ecuatoriana, sin siquiera contar con los resultados finales, se apresuraron a besarle los pies al candidato preferido de Trump.
La Unión Europea que desconoció tajantemente la elección de Maduro en Venezuela, en Ecuador reconoce el “triunfo” de Noboa, aunque sus observadores internacionales, para lavarse la cara, indicaron que la campaña fue “desigual” e “inequitativa” en favor del mandatario y candidato Noboa, en detrimento de la candidata izquierdista Luisa González… y tan tan. De manera similar, la Organización de Estados Americanos, declara que ganó Noboa aunque “no fue justa la contienda”.
Por su parte, la presidenta de México, Claudia Sheinbaum, afirmó que esperará los resultados oficiales y aclaró que la candidata Luisa González no había reconocido la victoria de Noboa. Además, afirmó recientemente que no se restablecerán relaciones con Ecuador mientras permanezca en la presidencia quien ordenó la invasión a la Embajada mexicana en Quito.
La Internacional Antifascista denunció este domingo 13 de abril, el fraude de origen y las maniobras autoritarias y fascistas que han marcado las elecciones presidenciales en Ecuador, perpetradas por Daniel Noboa. A través de un comunicado expresó que “este fraude electoral no es un simple acto de corrupción, sino la imposición violenta de un régimen neofascista, que ha sido diseñado desde el extranjero con métodos propios de las dictaduras más oscuras del siglo XX. […] Noboa ha utilizado el aparato estatal para suprimir derechos, silenciar opositores y fabricar una victoria ilegítima, todo mientras despliega una estrategia con el apoyo de mercenarios y grupos de represión privatizada que busca gobernar mediante el miedo, la manipulación institucional y la fuerza bruta”, explica el comunicado. “Este no es un Gobierno legítimo, sino una ocupación encubierta al servicio de élites corruptas y poderes extranjeros”, recalcó la organización social antifascista.

El Movimiento Indígena y la CONAIE: Historia de Lucha Contra el Neoliberalismo
El pueblo ecuatoriano tiene una larga tradición de lucha por la democracia. Hace 45 años tras un proceso constituyente que acababa con casi una década de dictadura militar, el presidente Jaime Roldós Aguilera impulsó la democracia y la soberanía, hasta que fue asesinado en 1981 por la CIA, en un “accidente de aviación”.
Los intereses de las élites y el imperialismo no mermaron la capacidad de lucha del pueblo ecuatoriano. Recordemos que las movilizaciones en las últimas décadas han derrocado tres presidentes por someterse a EU y al FMI, gracias a los aguerridos movimientos cayeron Abdalá Bucaram en 1997, Jamil Mahuad en el 2000 y Lucio Gutiérrez en 2005.
A la cabeza de las movilizaciones ha estado el movimiento indígena con su principal organización: la Confederación de Nacionalidades Indígenas de Ecuador, CONAIE, fundada en 1986. Para 1990 dicha organización encabezó un levantamiento indígena masivo que paralizó el país, que cuestionó el racismo y colonialismo persistentes y que abrió camino a una década de resistencia contra las políticas neoliberales en coordinación con diversos sectores sociales con quienes se funda un espacio político de articulación, el Movimiento de Unidad Plurinacional Pachakutik (MUPP).
La persistente lucha social logró en 2008, una nueva Constitución que amplió significativamente los derechos y garantías sociales, declaró al país “Plurinacional”, proclamó el “Buen Vivir” (Sumak Kawsay) y los “derechos de la naturaleza”. Sin embargo, el gobierno de Rafael Correa sólo respetó algunos aspectos del nuevo pacto social. Amplió las garantías sociales del pueblo aumentando el gasto social en salud y educación, aumentó el salario mínimo y el empleo, desarrolló proyectos de infraestructura, tuvo una política exterior soberana frente a EU y solidaria con los procesos de integración latinoamericana. Sin embargo, debilitó el proceso popular al impulsar políticas extractivistas y reprimir a los pueblos indígenas, causando división y abriendo las puertas a los sectores proimperialistas, que lograron acceder al poder tras la elección del candidato correísta Lenín Moreno, quien traicionó el proceso y se vendió a Washington.
Lenín Moreno quien contaba con total apoyo del presidente de EU, Donald Trump, enfrentó un gran levantamiento popular. El 9 de octubre de 2019 comenzó un paro nacional impulsado por la CONAIE, gremios de trabajadores, estudiantes, vecinos y numerosas organizaciones sociales. ¡El pueblo manda! era el grito de batalla, entonces huyó Lenín Moreno trasladando el gobierno de Quito a Guayaquil.
Todo Ecuador estaba tomado por pueblos originarios, sindicatos, estudiantes, trabajadores de la salud, transportistas y pueblo en general que protestaba contra el “Paquetazo” impuesto por el FMI. El Plan de austeridad eliminaba subsidios a los combustibles, lo que provocó que gasolina y diesel subieran al doble, por lo que aumentó el precio del transporte y de todos los productos. Además, bajó el salario de los trabajadores temporales del sector público 20%, obligándolos a regalarle un día al mes al gobierno, a los trabajadores les reducía las vacaciones a la mitad, entre otras medidas.
Ante la gran movilización popular, el gobierno de Lenín Moreno se vio obligado a acceder a derogar el paquete de medidas, lo que puso fin a 12 días de movilizaciones que dejaron siete muertos, más de mil trescientos heridos y 1052 detenidos.
En junio de 2022, el gobierno neoliberal del banquero Guillermo Lasso también enfrentaría una gran movilización impulsada por la CONAIE y otras organizaciones que demandaba 10 puntos: (1) el congelamiento de los precios de los combustible; (2) el alivio económico para los pequeños deudores del sistema bancario y financiero agobiado por las deudas; (3) precios justos para los productos del campo; (4) políticas de empleo y derechos laborales; (5) moratoria a la frontera extractiva; (6) respeto a los derechos colectivos consagrados en la Constitución; (7) evitar la privatización de los sectores estratégicos y, en especial, de la banca pública de desarrollo; (8) políticas de control de precios para los bienes de primera necesidad; (9) presupuesto para salud y educación y libre ingreso de los jóvenes al sistema universitario; y, (10) políticas públicas efectivas contra la delincuencia, el sicariato y la violencia.
El gobierno de Lasso decide secuestrar, el 14 de junio, al presidente de la CONAIE Leónidas Iza en una base militar, lo que provoca que crezca la indignación y la movilización se convierte en un levantamiento en el que participan trabajadores, maestras y maestros, académicos, ambientalistas, feministas, etcétera. En la madrugada del 15 de junio las nacionalidades indígenas llegan a la capital, desde distintas provincias y empieza la toma de Quito. El 17 de junio, el gobierno declara Estado de excepción en tres provincias ecuatorianas: Pichincha, cuya capital es Quito; Imbabura (norte) y Cotopaxi (sur). A pesar de la intensa represión que dejó un saldo de al menos 6 muertos y alrededor de 500 heridos, el gobierno tiene que ceder y firmar acuerdos que incluyeron: la reducción del costo de los combustibles y la derogación de un decreto que promovía la actividad petrolera en la Amazonía, además del freno a concesiones mineras en áreas naturales protegidas, zonas intangibles, áreas de recarga hídrica y territorios ancestrales de pueblos indígenas.
El gobierno del banquero Lasso quedó debilitado y terminó su mandato antes de tiempo. El 16 de mayo de 2023 la Asamblea Nacional promueve un juicio político en su contra por malversación de fondos y ante su posible destitución, al día siguiente, disuelve la Asamblea provocando la “muerte cruzada”. Esto condujo a elecciones extraordinarias en las que resultó electo presidente Daniel Noboa, quien sucedió a Lasso el 23 de noviembre del mismo año.
Daniel Noboa pertenece a una de las familias más ricas de Ecuador. Su padre, Álvaro Noboa, fue seis veces candidato a la presidencia, es propietario de la Exportadora Bananera Noboa, misma que, según el director del Servicio de Rentas Internas, Francisco Briones, tiene una deuda tributaria de USD 88 millones, además, su empresa ha sido acusada de explotación laboral.
La familia también tiene acciones en otros rubros. Isabel Noboa, tía del actual presidente, lidera el Consorcio Nobis que en 2019 compró acciones de la minera canadiense Adventus Mining Corporation, empresa que tiene a su cargo más de 12 proyectos mineros en cinco provincias de Ecuador. Daniel Noboa ha abierto las puertas a la minería afectando a los territorios indígenas y favoreciendo a las trasnacionales canadienses y a su propia familia.
El 2 de julio de 2024, miles de indígenas marcharon en Quito, para rechazar la adjudicación de áreas mineras y petroleras en sus territorios, exigiendo el respeto a su derecho constitucional a la consulta previa, libre e informada. Posteriormente, indígenas waorani reclamaron el martes 20 de agosto en Quito la suspensión de la extracción de petróleo en la Amazonia establecida en consulta popular. “Todo el Ecuador dijo: ya no más al extractivismo en este bloque 43”, dijo Zenaida Yasacama, vicepresidenta de la Conaie. Ante la presión popular, Noboa, anunció el 20 de agosto el despliegue de acciones, por parte del Ejecutivo, para poner fin a la explotación petrolera en el Parque Nacional Yasuní.
A pesar la resistencia de los pueblos y diversas organizaciones, el retroceso que ha generado el gobierno de Noboa en tan sólo año y medio de gobierno, es enorme: Aumentó el desempleó, la tasa de empleo informal en este año es del 56%, la más alta en 17 años; se incrementó el precio del combustible; en 2024 se vivió una crisis energética durante cuatro meses que tuvo a la población con apagones de hasta 14 hrs; y lo más padecido por la población es la explosión de la violencia criminal y de Estado.
El Colectivo de Geografía Crítica ha presentado un mapa de casos de abusos de fuerzas militares y policiales, desaparición forzada y ejecuciones extrajudiciales como en el terrible caso de cuatro niños afroecuatorianos en Las Malvinas, Guayaquil, que fueron detenidos y desaparecidos por militares (después de la movilización y exigencia de sus familiares se encontraron sus restos calcinados en un pantano). La mayoría de los abusos son contra personas empobrecidas y población afroecuatoriana. El colectivo denuncia que “en tan solo un año de gobierno de Noboa ha habido más gente desaparecida que en 20 años de democracia.”

Violencia y Crisis Social: Ecuador como el País Más Peligroso de Latinoamérica
Este 2025 ha sido el año más violento de la historia de Ecuador, que por primera vez se sitúa como el país más violento de América Latina con un asesinato cada hora. Gran parte de esta situación se vive en la región de la Costa y está asociada al narcotráfico. No es casual ese apabullante aumento de la violencia durante la presidencia de una persona que ha sido señalada por investigaciones periodísticas como copartícipe del trasiego de drogas.
Daniel Noboa es copropietario, junto con su hermano, de la empresa Lanfranco Holdings S.A. que, según la investigación de Agencia Pública de Brasil es “una empresa offshore con sede en Panamá, un paraíso fiscal, según los datos publicados hasta 2021, por los Pandora Papers. Esta empresa es a la vez la principal accionista de Noboa Trading una empresa exportadora de banano encontrada traficando cocaína a Europa en contenedores de bananos en tres ocasiones: en 2020, 2022 y 2024, esta última cuando Noboa era ya presidente. En total se han incautado casi 600 kilos de cocaína en contenedores de Noboa Trading.” (Wambra Medio Comunitario)
Diversas organizaciones sociales, académicos y activistas han manifestado su preocupación por la permanencia en la presidencia de una persona que maneja al país como dueño de hacienda, que ha prometido a las élites reducir el salario mínimo “para darles un respiro”, que pertenece a una familia que durante décadas ha detentado el poder económico y actualmente adquiere más poder político, que se suma a la ultraderecha internacional antiderechos, fascista y neocolonial. A los pocos días de su elección fraudulenta, Noboa ha comenzado una persecución política hacia un centenar de personas: desde miembros de la Revolución Ciudadana hasta periodistas. También se ha emprendido un rabioso ataque a Leónidas Iza, presidente de la CONAIE.
Ante dicho panorama la organización indígena ha declarado que “…desde la CONAIE reafirmamos los principios históricos de lucha del Movimiento Indígena y nuestro Proyecto Político como herramienta fundamental para enfrentar, con firmeza y dignidad, esta ola de derechización que atraviesa la sociedad, y para resistir todo intento de regresión de derechos colectivos, profundización del extractivismo en territorios indígenas y campesinos, privatización de lo público, concesión de los recursos estratégicos del Estado y afectación a la soberanía nacional […] Llamamos a los pueblos, nacionalidades y sectores populares a mantenerse en alerta, fortalecer los espacios organizativos y priorizar la unidad en la defensa de nuestros derechos y territorios. ¡Nos pueden quitar todo, menos la posibilidad de indignarnos ante la realidad y luchar con todas nuestras fuerzas por nuestros derechos!” (Consejo de Gobierno de la CONAIE).
Es claro que en Ecuador hay un pueblo empeñado en defender sus derechos “gobierne quien gobierne”, y su movimiento debe llevar a un nuevo sistema político en el que el pueblo mande y el gobierno esté controlado por la gente y no por la oligarquía y las potencias extranjeras.
Grande es la tradición de lucha de los pueblos de Ecuador y ante los retos actuales, en un Ecuador en vilo debido a las políticas neoliberales y el sometimiento a Washington, la gente combatirá hasta la victoria por el derecho a decidir y a dirigir al país en su interés y de cara a un futuro de soberanía, justicia y paz. Cuentan con la confianza, solidaridad y apoyo de las y los mexicanos.
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Autor:
PABLO MOCTEZUMA BARRAGÁN *Politólogo, Doctor en Estudios Urbanos y catedrático |
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