“Juntos salvaguardaremos las brillantes perspectivas de nuestra familia asiática”, afirmó el presidente chino, Xi Jinping, en su gira por el sudeste del continente.

El presidente de China, Xi Jinping, realizó esta semana una gira por el sudeste asiático con el objetivo de mostrarse como un socio fiable en medio de las guerras comerciales desatadas por el presidente de EE.UU., Donald Trump.
El mandatario chino visitó Vietnam, Malasia y Camboya, algunos de los países más afectados por los aranceles impuestos por el inquilino de la Casa Blanca, con barreras aduaneras que oscilan entre el 24 % y el 49 %.
Durante su estadía en Kuala Lumpur, la capital de Malasia, Xi transmitió su apoyo a sus vecinos en un momento de incertidumbre comercial. “Ante los shocks al orden global y la globalización económica, China y Malasia apoyarán a los países de la región para combatir las corrientes subyacentes de confrontación geopolítica, así como las contracorrientes del unilateralismo y el proteccionismo”, afirmó en una cena con el primer ministro malasio, Anwar Ibrahim. “Juntos salvaguardaremos las brillantes perspectivas de nuestra familia asiática“, agregó.
“El acceso al mercado se está utilizando como un arma”
Por su parte, el mandatario malasio declaró que el contexto comercial actual es un “retroceso hacia el tribalismo económico“. “El acceso a los mercados se está utilizando como arma”, explicó. “En estos tiempos difíciles, el mundo anhela estabilidad, fiabilidad y un propósito común. Lo vemos en la conducta de China“, aseveró Ibrahim.
Xi prometió a Malasia y Vietnam un mayor acceso a los mercados chinos durante su visita. En su reunión con Ibrahim, expresó que esperaba firmar un acuerdo de libre comercio entre China y la Asociación de Naciones del Sudeste Asiático (ASEAN, por sus siglas en inglés).
Por su parte, Camboya, uno de los países más pobres de la región, y que enfrenta la tasa arancelaria estadounidense más alta, del 49 %, espera obtener un mayor apoyo financiero y de infraestructura por parte del gigante asiático.
Si bien la Casa Blanca ha concedido al sudeste asiático una suspensión de 90 días de los aranceles, los analistas, citados por South China Morning Post, advierten que la región se enfrenta a una creciente presión para equilibrar los lazos con China y Estados Unidos, en particular a medida que Washington intensifica el escrutinio de los productos chinos reexportados a través de terceros países.
Rusia Today 18.04.2025