El aumento en el salario para los obreros de Bolivia «no compensa la pérdida de poder adquisitivo»

El presidente de Bolivia Luis Arce y la Central Obrera Boliviana (COB) tras encuentro en el que acordaron un incremento del 10% a los sueldos más bajos y del 5% a los haberes básicos - Sputnik Mundo, 1920, 01.05.2025

Luego de semanas de negociaciones, el Gobierno de Luis Arce y la Central Obrera Boliviana (COB) definieron un incremento del 10% a los sueldos más bajos y del 5% a los haberes básicos, pese al rechazo del empresariado. Tres economistas opinan en entrevista con Sputnik sobre este panorama.
Esta cifra concuerda con la tasa inflacionaria de 2024, también del 10%. El incremento, resultado de semanas de negociaciones entre el Ejecutivo y los trabajadores, no es del agrado del empresariado boliviano, desde donde advirtieron que esta medida podría dañar las fuentes de empleo del país.
Para el presidente Arce, el 10% de aumento viene a completar la pérdida del poder adquisitivo de los trabajadores,al registrarse en 2024 uno de los porcentajes de inflación más elevados de la última década.
Atribuyó el desajuste en los precios a las protestas realizadas el año pasado en todo el país, impulsadas por los seguidores del expresidente Evo Morales (2006-2019), quien insiste en postularse a un cuarto mandato presidencial en las elecciones de agosto próximo, a pesar de que está inhabilitado por la justicia.
«El daño del incremento de precios que se ha dado ya el año pasado es inevitable. Ese daño ya está hecho, ya ha habido la afectación. En la estadística se registra el incremento a través de un 10% de la inflación del año pasado, aproximadamente», dijo el presidente Arce en la Casa Grande del Pueblo, al momento de anunciar el acuerdo con la COB.
Y agregó: «El Gobierno nacional ha estado trabajando para reducir paulatinamente estos precios, que lamentablemente han afectado el bolsillo de los trabajadores y especialmente de la gente más pobre».
Actualmente, el sueldo mínimo se ubica en 2.500 pesos bolivianos (362 dólares). El incremento del 10% representaría 250 pesos bolivianos, unos 36 dólares. En total, la nueva cifra se situará en 2.750 pesos bolivianos (398 dólares) cuando lo formalice el presidente, el próximo 1 de mayo.
Asimismo, se definió un incremento del 5% en el salario básico de las y los trabajadores de la Salud, Educación, Policía y Fuerzas Armadas.
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Pero la Confederación de Empresarios Privados de Bolivia (CEPB) expresó mediante un comunicado su «firme rechazo a la decisión del Gobierno nacional. El aumento al salario mínimo es la cifra más alta de los últimos ocho años y se impone en un escenario en el que Bolivia presenta decrecimiento del producto interno bruto (PIB), inflación creciente y déficits sostenidos».

Y concedió: «Entendemos y compartimos la preocupación de los trabajadores, que han visto disminuir el valor adquisitivo de sus ingresos. Sin embargo, consideramos que el esfuerzo mayor del Gobierno y del empresariado debe concentrarse en el sostenimiento de las fuentes de empleo«.
Sputnik consultó a los economistas Omar Velasco, Roxana Azeñas y Daniel Hinojosa, quienes compartieron sus impresiones sobre el anuncio del Gobierno y la central obrera.

«Un difícil dilema de política económica»

«El Gobierno nacional enfrenta un difícil dilema de política económica. Por un lado, tiene que tratar de contener la caída del poder adquisitivo que ha generado el incremento de la inflación de los últimos meses. Del otro lado está el sector productivo empresarial, muy preocupado por el impacto negativo que podría generar el incremento salarial», comentó Omar Velasco a Sputnik.

Pero, en definitiva, «el incremento que propone el Gobierno no compensa la pérdida de poder adquisitivo que ha provocado la inflación. Se ha propuesto un 5% de incremento para alrededor del 70% de trabajadores y funcionarios del sector público, pero no repone la pérdida generada el año pasado».

El economista observó que el Gobierno «no tiene fuentes de financiamiento. Estamos hablando de 1.500 millones de pesos bolivianos [unos 217 millones de dólares] que se necesitan solamente para cubrir el sector público. Pero del año pasado venimos con un déficit de 33.000 millones de pesos bolivianos, al cual se va a sumar el incremento salarial de este año».
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Para el economista, «la caída del salario real se traduce en una contracción del consumo de los hogares, que va a repercutir en una menor producción de bienes, por tanto, una menor absorción de mano de obra».

«No solamente tenemos problemas de inflación»

El aumento de la inflación no es el problema más grave que enfrentan las familias bolivianas, según Roxana Azeñas. La reducción en la calidad de vida, provocada por varios factores, debe preocupar al Gobierno y a la central obrera, comentó la economista a Sputnik.
«Obviamente, era de todo necesario un incremento salarial, porque la inflación hace que los salarios reales bajen, también el poder adquisitivo de la gente que menos ingresos tiene», dijo.

Y agregó: «Tenía que haber un incremento salarial más elevado, no solamente por la inflación, sino también por la caída en la calidad de vida. En el país no solamente tenemos problemas de inflación. También tenemos problemas para conseguir dólares, sobre todo los comerciantes pequeños, quienes igual necesitan dólares para conseguir productos y vender en el mercado interno. Esto se vuelve cada día más caro, por lo tanto, encarece el costo de vida».

Azeñas sostuvo que el problema es más profundo: «La crisis económica va a seguir, con incremento salarial o sin incremento salarial. Creo que la COB, los sindicatos y las organizaciones deben poner atención para dejar de perder en su calidad de vida».
La economista observó que en 2024, con la escasez de combustibles y dólares, el Gobierno de Arce dialogó con los sectores empresariales para encontrar soluciones. En estos espacios de negociación, «la COB debería tener un papel más protagónico, porque definitivamente los planes económicos favorecen a unos y desfavorecen a otros, lastimosamente a los más vulnerables».
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Antes de la asunción del primer Gobierno del MAS, en 2006, el salario mínimo era de 440 pesos bolivianos, unos 50 dólares de acuerdo a la cotización de ese momento. En los últimos 19 años, se registró un ascenso ininterrumpido decretado en cada 1 de mayo, Día de los Trabajadores. Salvo en la gestión de 2019, cuando se impuso el Gobierno de facto de Jeanine Áñez (2019-2020), quien mantuvo los sueldos congelados.
El economista Daniel Hinojosa dijo a Sputnik que «el incremento del 10% es un tema controversial, porque las empresas privadas van a sentirlo en sus costos. Pero la finalidad de esta medida es mantener el poder adquisitivo en el salario real».

Hinojosa no dejó de lado el hecho de que «la economía mundial se está ralentizando por las guerras comerciales entre Donald Trump [presidente de Estados Unidos] y el resto del mundo. Una reducción en la producción global puede repercutir en un incremento de precios, pero las medidas del Gobierno de Arce me parecen efectivas, por ejemplo, en la prohibición de la importación de carne mientras no se garantice el abastecimiento del mercado interno a un precio justo».

Recordó que en 2024 los bloqueos de los seguidores de Morales afectaron seriamente al comercio nacional, lo mismo que las trabas en la Asamblea Legislativa Plurinacional para viabilizar créditos internacionales, los cuales aportarían dólares a la circulación monetaria.
Según el Gobierno nacional, los bloqueos evistas causaron un daño económico que ascendió a 4.500 millones de dólares.
«Esperemos que se recupere la estabilidad política. Con eso se van a regular los precios en Bolivia», evaluó Hinojosa.
«Los problemas económicos son en realidad problemas políticos. Muestra de ello es que la producción en Bolivia está creciendo. Poquito, pero crece. El año pasado hubo un crecimiento del PIB del 2,8%. Entonces no hay crisis», sostuvo el economista.
Sputnik 01.05.2025
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