Por Diego Papoalardo
A continuación, publicamos la opinión que dimos en la emisión radial de Voces del Periodista, el 19 de febrero de 2025, Tercer Bloque:
Aquí, hemos estado escuchando a los maestros comentando los distintos temas, en el caso concreto internacional, y también hemos presenciado, en esta semana en las plataformas, en el espacio informativo mundial, comentar también estos temas y estos asuntos.
Que confirma todo lo que usted dijo, maestra Celeste, hace unos minutos, todo lo que hemos expresado, a través de estos micrófonos, desde hace tres años, respecto al curso, a la naturaleza, a la profundidad y al curso final que tendría la guerra allí en Ucrania.
Lejos, lejísimos de caer en una estridencia analítica, entonces hemos venido, como dijimos maestra, exponiendo con precisión y con rigor analítico lo que hoy ya es la realidad.
La construcción hacia un entendimiento común que no implica, repetimos ya, la controlabilidad de todos los procesos mundiales, entre Vladímir Putin y Trump.
Desde luego que, como hemos adelantado, en la anterior emisión, cuando dijimos que la reunión del martes iba a ser positiva, que no iba a haber ningún cortocircuito, pues ya las dos partes lo han expresado y los dos presidentes han mostrado también, maestra Celeste, su intención y sus entusiasmos respectivos por reunirse lo más pronto posible. Se ha puesto en las mesas de la información mundial la posibilidad de que se reúnan ambos líderes antes de que concluya este mes.
Al margen e independientemente de cuándo se vaya a concretar, a consumar definitivamente esta reunión -que será la segunda cumbre de Donald Trump y Vladímir Putin- hay que ir viendo todo cómo ya se va trabajando exitosamente según los proyectos de ambos jefes de Estado y logrando resolver y sepultar definitivamente de, aquí en más, esta situación y estas complejidades que habían creado los demócratas, sobre todo con la administración Barack Obama.
Existen todas las intenciones de que se normalicen las relaciones entre Rusia y los Estados Unidos. Tanto Trump como Putin tienen todas las intenciones de apaciguar, calmar los grandes conflictos globales y, obviamente, en términos coyunturales, contingenciales o específicos, desde luego ambos, tienen, y así lo indica toda la información, ya la predisposición firme de establecer lo más pronto posible el alto el fuego.
Por supuesto que hay que conversar, hay que resolver cuestiones, hay que acercar posiciones, hay que calmar los intereses de determinados grupos de los Estados Unidos y de la propia Rusia. No obstante, todo va en la vía que hemos anunciado de una forma constante en este programa.
Lo dijimos hace tres años que no iba a haber una guerra mundial a través del conflicto ucraniano, que no iba a haber una guerra entre la OTAN y Rusia.
Dijimos que Vladimir Putin iba a resolver y ganar este problema que le habían creado en la política global. Cuando Trump está, prácticamente, con un entusiasmo adolescencial por reunirse personalmente con Putin, habla a las claras de que Donald Trump ya está dispuesto a dar una vuelta a la página y a avanzar en esta reconstrucción del sistema internacional, que no va a impedir algunas diferencias, dispersiones, algunos problemas en distintas partes del mundo.
Sin embargo, se va a dar una estabilidad estratégica. Estabilidad estratégica, términos que hemos mencionado, o conceptos y situaciones que hemos mencionado ininterrumpidamente en los últimos años en este programa.
Por ello, maestra Celeste, Donald Trump lo dijo clarito, en la tarde de hoy, Volodymyr Zelensky lo llamó comediante y le diijo -con otras palabras-, que ya no va a permitir que, quien funge como presidente de Ucrania, entorpezca, obstaculice e impida el gran acuerdo que van a suscribir los Estados Unidos y Rusia. Entonces, ya a Zelensky se le han acabado las opciones, Maestra Celeste, No tiene más, está fuera de juego.
Y lo único que le queda es alinearse con los dictados o las predisposiciones de Trump o, directamente, ser eyectado, antes de septiembre de este año, del poder de Kiev.
Por eso, Donald Trump volvió a poner énfasis, hoy, en que Zelensky no goza de una hegemonía social o que no es popular. También lo dijimos, en el 2022, que Zelensky no tenía esa hegemonía popular.
Vamos a continuar, maestra, ya siguiendo estos desarrollos, que son muy importantes.
Desde luego que las elecciones se van a realizar en Ucrania, elecciones que tendrían que haberse realizado en mayo o junio del año pasado, pero que Zelensky y su cúpula de poder han impedido la realización; pero ya está la orden, ya está el acuerdo de que tienen que celebrarse y, por supuesto, Zelensky no va a tener ninguna posibilidad fáctica de continuar al mando del poder en Ucrania, al igual que las oligarquías o las élites que entornan y promueven a Zelensky,
Porque, por ello, es Zelensky está tratando de hacer una purga interna y tratar de encarcelar a algunos dirigentes o miembros de las élites políticas y económicas de Ucrania. Sabe que ya no es que se le venga la noche; ya Zelensky está atravesando el momento más oscuro, más negro de la noche.
¿Por qué?.
Porque -como bien lo dijo Donald Trump- no hizo lo que correspondía. Hace tres años debía haber evitado esta guerra.
Si Zelensky, como dijimos, desea seguir los dictados de Inglaterra, sobre todo, pues Zelensky puede ir, muy pronto, no solamente ser destituido, sino que puede ir a la cárcel de una forma abrupta por cargos que los Estados Unidos se le pueden endilgar, por ejemplo, malversación de fondos. Estados Unidos está demandando, o Donald Trump está diciendo, que Zelensky ha usado 350 mil millones de dólares.
Y, maestra, se nos acaba el tiempo. Realmente, este tema de Ucrania y Rusia tiene muchas más implicancias que la resolución del frente ucraniano. Pero más adelante podemos continuar con el desarrollo de este drama y esta trama.
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Esto es ya la configuración en la misma realidad, o la transformación en la misma realidad, de lo que usted definió como el régimen o el sistema multipolar.
En Estados Unidos ya lo están aceptando, y lo anticipamos, en enero del año pasado, aquí, en Voces del Periodista, que había grupos que estaban con Donald Trump que ya habían aceptado la realidad del mundo multipolar.
Y, obviamente, en Europa Occidental, cada vez más surgen elementos dentro de las clases políticas, de la misma población y del mismo espectro militar de esos países que dicen: “Hay que aceptar el realismo y, de una vez por todas, nuestros países tienen que dejar ya esas ideas de que el mundo tiene que ser unipolar y sumarse, con distintas estrategias y tácticas, por supuesto, a esta realidad del sistema policentrista”.
Donde, repetimos, no va a haber un solo poder o dos hegemones, sino que va a haber dos o más hegemones en tanto y en cuanto los proyectos de los estados y los pueblos trabajen para tener poder en esta nueva realidad mundial.