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Daniela Díaz
Corresponsal en México
Donald Trump ha impuesto aranceles del 25% a todas las importaciones de acero y aluminio de EEUU. La medida incluye a México y a Canadá, dos países con los que el presidente había llegado supuestamente al acuerdo de pausar los gravámenes por 30 días, y con los que tiene un Tratado de Libre Comercio. ¿Es hora de pensar en el fin del T-MEC?
“Hoy estoy simplificando nuestros aranceles sobre el acero y el aluminio. Es un 25% sin excepciones ni exenciones“, dijo Trump desde la Oficina Oval, mientras firmaba las órdenes ejecutivas correspondientes, en las que canceló también las cuotas libres de impuestos para sus principales proveedores de estos materiales, que son Canadá, México y Brasil.
Según el republicano, estas medidas comerciales proteccionistas ayudarán a reindustrializar a la economía del país norteamericano y contribuirán al crecimiento de la industria metalúrgica local.
La reacción en México fue inmediata. La presidenta Claudia Sheinbaum advirtió que, con esas medidas arancelarias, Washington está violando el T-MEC y, aunque dijo que su país podría recurrir a los paneles legales para expresar su desacuerdo, al final optará por dar argumentos a Estados Unidos sobre por qué sus medidas no tienen justificación. “México importa más acero de EEUU que lo que exporta”, añadió el secretario de Economía de la nación latinoamericana, Marcelo Ebrard.
De acuerdo con datos presentados por el funcionario, México es el principal destino de las exportaciones de productos siderúrgicos totales de EEUU, representando el 52% de sus exportaciones globales al cierre de 2024.
En una entrevista con Sputnik, Ignacio Martínez Cortés, coordinador del Laboratorio de Análisis en Comercio, Economía y Negocios (LACEN) de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), indicó que, si bien estas medidas arancelarias no forman parte del paquete que se negoció entre México y EEUU para poner en pausa las cuotas, lo cierto es que esto “añade más presión” al país latinoamericano.
El analista recordó que México se comprometió a diversos puntos en materia de seguridad y migración con la finalidad de que Washington pausara los aranceles impuestos y tener margen de negociación.
“La narrativa de Trump es que impulsará la producción [interna] de acero para alimentar a las empresas estadounidenses, principalmente de la industria automotriz. Es en este aspecto donde Trump presiona aún más a México para este poder realizar esta imposición de aranceles”, señaló el experto.
Al respecto, Claudia Serrano, doctora en Relaciones Internacionales y docente de la UNAM, explicó a Sputnik que estos aranceles al acero y al aluminio aplican a nivel global y no son exclusivos contra México y Canadá. Por ello, dice, no todo está cerrado, ya que EUU podría estar dando señales de que puede negociar.
Al ser Canadá el principal exportador de acero a Estados Unidos, mientras que México también tiene una presencia importante en este sector, el republicano podría estar buscando acelerar la revisión y renegociación del Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC), apunta Serrano.
“No los está poniendo de una semana otra [los aranceles]. Esto quiere decir que, finalmente, EEUU sí está presionando por donde sea posible para adelantar el proceso de la renegociación o de la revaloración del T-MEC [agendada para el 2026]”, dijo.
Por tratarse de una medida de emergencia, los aranceles impuestos por Donald Trump al acero y al aluminio no son violatorios del tratado entre los países norteamericanos. “El T-MEC no está roto con esto”, valoró Martínez Cortés.
Ambos especialistas coinciden que estas medidas no socavan el T-MEC, aunque, de acuerdo con la doctora Serrano, la decisión de Washington podría ser impugnada por México y Canadá en los paneles de controversia del tratado. Sin embargo, dice, los nuevos aranceles impuestos por la Administración de Trump son más un movimiento geopolítico que económico.
“Me parece que este esta decisión que vuelve a adoptar Donald Trump es más bien una posición totalmente geopolítica, en la que está valorando quiénes son los socios comerciales de los cuales está dependiendo más la importación del acero y el aluminio”, considera Serrano.
“[Trump quiere formar] un frente para que no haya margen de oportunidad para que China pueda triangular o pueda, a través de terceros países, ingresar también su acero y su aluminio al mercado estadounidense”, añade.
Mientras que Trump ejerce presión para empezar ya la renegociación del T-MEC, México se está tomando su tiempo para estudiar sus opciones y comenzar a negociar con su principal socio comercial y Canadá.
“[Los aranceles] no implican que se vaya a perder toda la integración económica que se ha alcanzado hasta el momento, sino que los tres países tienen que buscar cuáles van a hacer ahora los sectores que podrían considerarse de beneficio mutuo”, señala la analista.
Además, dice, no se debe perder de vista que la integración económica de Norteamérica implica también una ventaja para Washington ante el dinamismo económico que está teniendo el gigante asiático en la región latinoamericana.
Estados Unidos también impuso aranceles del 10% a todos los productos chinos que deseen ingresar a territorio estadounidense. En respuesta, Pekín introdujo aranceles del 15% al carbón y el gas natural licuado (GNL) importados de Estados Unidos; y del 10% adicional, al petróleo crudo y la maquinaria agrícola estadounidense.