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En lugar de rearmarnos para la Gran Guerra, ¡Necesitamos crear una Arquitectura de Seguridad Global!

 

9 de marzo de 2025 (EIRNS) — Helga Zepp-LaRouche, fundadora del Instituto Schiller, emitió la declaración que lleva ese título el 8 de marzo, para su inmediata y amplia circulación, y respaldo internacional. Se publica en un momento en el que Europa se encuentra en una encrucijada histórica, en la que es urgente poner sobre el tapete una alternativa diferente a fin de evitar una catástrofe. Invitamos a todos los sectores de la sociedad a que la respalden y la firmen para forzar que esta cuestión salga al debate público lo antes posible.

La Unión Europea (UE) y la mayoría de los gobiernos europeos están sumidos en una histeria bélica que sólo puede compararse con la locura belicista que estalló antes de la Primera Guerra Mundial. Se pretende destinar sumas astronómicas al rearme: la presidente de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, quiere invertir $800.000 millones de euros (¡!) en el plan “Rearmar Europa”, pero invocando el artículo 122 del Tratado de Lisboa de la UE para eludir al Parlamento Europeo. El probable próximo Canciller de Alemania, Friedrich Merz, que había prometido antes de las elecciones [del 23 de febrero] que su partido la Unión Demócrata Cristiana (CDU) no tocaría el límite de la deuda, dice ahora exactamente lo contrario después de las elecciones: propone, para empezar, $400.000 millones de euros para la producción de armamento y $500.000 millones de euros para “infraestructura”, que servirán en gran medida a fines militares, pero sin fijar un límite máximo para el gasto militar: “¡Lo que sea necesario!”, como dijo Merz. Esas son las infames palabras que Mario Draghi utilizó durante la crisis del euro para decir que había que abrir todas las compuertas del dinero. Y esto en un momento en el que la economía física alemana está en caída libre, en el que algunos países europeos están siendo aplastados por gigantescas montañas de deuda y en el que Europa ya se ha quedado rezagada económicamente en gran medida.

Y ¿por qué un aumento tan repentino y fantástico del dinero, como si no hubiera mañana? El Presidente de Estados Unidos, Donald Trump, está hablando con el Presidente de Rusia, Vladimir Putin, y quiere poner fin a la guerra de Ucrania —perdida militarmente desde hace mucho tiempo— mediante la negociación, y acabar así con la horrible mortandad de ucranianos y rusos. De este modo, Trump está sacando al mundo del borde de una guerra mundial termonuclear, de la que estuvimos a un pelito debido a la escalada del gobierno anterior de Estados Unidos.

Pero en vez de felicitar a Trump y apoyarlo, la Unión Europea (que, después de todo, fue la ganadora del Premio Nobel de la Paz en el 2012), así como el Primer ministro del Reino Unido, Keir Starmer, el Presidente de Francia, Emmanuel Macron, y Merz, intentan continuar la guerra en Ucrania “hasta el último ucraniano”, a pesar de que los expertos estiman que ésta ya se ha cobrado la vida de más de un millón de ucranianos y alrededor de 300.000 rusos.

Los europeos intentan así repetir el sabotaje con el que el entonces Primer ministro del Reino Unido, Boris Johnson, torpedeó el acuerdo de Estambul entre el Presidente Putin y el Presidente de Ucrania Volodímir Zelenski en marzo del 2022, que podría haber puesto fin a la guerra al cabo de unas semanas, y que es responsable, por tanto, de todas las muertes ocurridas desde entonces.

Al mismo tiempo, varios servicios secretos de Suecia, Dinamarca, Alemania, etc. están elaborando pronósticos que alegan que Rusia supuestamente habrá desarrollado sus capacidades militares hasta tal punto en el 2029-2030 que entonces será capaz de atacar a uno o más Estados de la UE. Se trata de una afirmación con motivaciones puramente geopolíticas, de la que no existe prueba alguna, pero que podría llegar a producirse si Europa sigue centrándose en la confrontación, según el dicho: “Lo que se grite al bosque, volverá como un eco”.

Diversos institutos, como el Instituto Kiel para la Economía Mundial, señalan que ni la Bundeswehr, las fuerzas armadas de Alemania, ni las fuerzas armadas británicas o francesas son ni remotamente capaces de entablar una confrontación directa con la potencia nuclear más fuerte del mundo: Rusia. El Instituto Kiel advirtió, por ejemplo, que al ritmo actual de adquisiciones, la Bundeswehr tardaría hasta 100 años en alcanzar el nivel de sus existencias del 2004. El ejército británico sólo tiene 219 tanques, mientras que Rusia produce más de 1.000 tanques al año. La Real Fuerza Aérea británica sólo dispone de 173 aviones de combate. Italia tiene la impresionante cifra de 150 tanques. La oferta de Macron de utilizar las armas nucleares francesas como un paraguas nuclear para toda Europa debería verse como una provocación a Rusia, más que como una protección real.

Tom Harrington, profesor emérito del Trinity College de Hartford, Connecticut, resumió acertadamente la reacción de los europeos: “Si eres un perro chihuahueño e interpretas a un dóberman durante muchos años en la televisión, puedes olvidar que en realidad eres un chihuahueño. Eso puede llevar a muchos delirios cuando el director cancela la producción”.

Si la UE y cada uno de los Estados miembros europeos sabotean ahora la intención de Trump de poner fin, junto con Rusia, a la guerra en Ucrania, que fue desde el principio una guerra sustituta entre Estados Unidos y Rusia, estarán cometiendo un catastrófico error histórico. Si luego además intentan financiar la enorme falta de capacidades militares creando dinero al margen de los presupuestos ordinarios, están repitiendo la política de billetes “Mefo” del presidente del Banco del Reich (Reichsbank), Hjalmar Schacht, en la década de 1930. En ese instante, ¡la gran guerra con Rusia y con todos los países con los que Rusia mantiene una asociación estratégica se convertiría en una profecía autocumplida!

Hasta ahora, las instituciones y las élites europeas no han reflexionado sobre sus errores estratégicos de las últimas décadas, que han conducido a la situación actual tan poco placentera para ellas. En lugar de aprovechar la gran oportunidad histórica que ofreció la caída del Muro de Berlín y la reunificación de Alemania, para establecer un orden de paz absolutamente posible en aquel momento, toda Europa acabó siguiendo la política de los neoconservadores anglo-estadounidenses. En lugar de disolver la OTAN junto con el Pacto de Varsovia en 1991, Occidente rompió todas las promesas que había hecho al Presidente de la Unión Soviética, Mijáil Gorbachov, y extendió la OTAN nada menos que seis veces (1.000 kilómetros en total) hasta las fronteras de Rusia, creando así las condiciones para una crisis de los misiles cubanos a la inversa. Además, la política de sanciones, cambio de régimen y guerras intervencionistas, especialmente en el sudoeste asiático, creó una enorme reacción en todo el Sur Global.

Pero las instituciones y las élites europeas han sido hasta ahora incapaces de reflexionar sobre sus errores, por el miedo evidente a que ello beneficie a sus críticos. Enfrentados a la disyuntiva de unirse a la nueva política de paz estadounidense de Trump, se están alineando detrás de la política británica, ¡y por ende, del país que lidera la política de guerra!

Claramente, las élites atlanticistas europeas todavía no se han dado cuenta de que el impulso histórico ya se ha desplazado masivamente hacia Asia. Allí varias naciones tienen tasas de crecimiento con las que la economía europea sólo puede soñar. El éxito económico de China se debe a su política económica, que da prioridad a la inversión en infraestructura, la economía real, la innovación, la excelencia en la educación y el aumento de la productividad mediante la inversión en tecnologías de punta.

Los socios comerciales de China se benefician de estos programas, basados en una cooperación en la que todos ganan, ya que también es económicamente beneficiosa para China. Organizaciones como el BRICS, que ahora cuenta con 19 miembros y socios, y muchos más que esperan incorporarse, así como la Asociación de Naciones del Sudeste Asiático, la Organización de Cooperación de Shanghái, la Unión Económica Euroasiática y otras, representan ahora una alternativa atractiva al orden unipolar “basado en reglas” y basado puramente en alianzas militares e intereses geopolíticos. Por encima de todo, ahora es bien sabido que la aplicación de estas “reglas” es una cuestión sumamente arbitraria.

Europa ha reaccionado a las repentinas señales de Trump para poner fin a la guerra de Ucrania y reanudar la diplomacia con Rusia con gran pánico y gritos de guerra. Pero aún hay tiempo para corregir este rumbo potencialmente fatal. Si Europa quiere superar su actual miseria económica, la salida está en la cooperación con las naciones del Sur Global, que hace tiempo que se convirtió en la Mayoría Global.

La humanidad llegó a un punto en el que debe superar los viejos patrones de pensamiento impregnados de geopolítica y Guerra Fría, y sustituirlos por una nueva arquitectura mundial de seguridad y desarrollo que tenga en cuenta los intereses de todas las naciones del planeta. Un ejemplo positivo de ello es la Paz de Westfalia, que se produjo porque las partes beligerantes llegaron a la conclusión de que, si la guerra continuaba, nadie podría disfrutar de la victoria, ya que no habría sobrevivientes. ¡Cuánto más convincente es este argumento en tiempos de armas termonucleares que, de utilizarse, llevarían a la extinción de toda la humanidad!

Hacemos un llamado a los políticos europeos a que entren en razón.

¡No repitan los errores de la década de 1930!

¡La humanidad se encuentra en la encrucijada más importante de su historia!

¡Por un nuevo paradigma: cooperación en vez de confrontación!

¡Por negociaciones inmediatas sobre una nueva Paz de Westfalia!

¡Por el fin de la guerra en Ucrania mediante negociaciones y diplomacia!

¡Por el fin de la guerra en Gaza mediante la diplomacia, el reconocimiento de la solución de dos Estados y el desarrollo económico de toda la región!

¡No al emplazamiento de misiles estadounidenses de mediano alcance en Alemania!

 

https://larouchepub.com/spanish/actualidades/2025/03/0309-en-lugar-rearm-para-gran-guer.html

 

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Redacción

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Club de Periodistas de México A.C. | Por la Libertad de Expresión desde 1952

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