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Favoritos sin darse las caras y un formato desgastado: lo que dejó el debate presidencial en Ecuador

Adolfo Cuicas Castillo

En menos de un mes se desarrollarán las elecciones, con dos nombres sobresalientes. ¿Influirá la contienda del domingo pasado?
Favoritos sin verse las caras y un formato desgastado: lo que dejó el debate presidencial en Ecuador

Ecuador tiene alrededor de 18 millones de habitantes y de acuerdo a su Consejo Nacional Electoral (CNE) más de la mitad (9 millones de personas) siguieron el debate presidencial realizado el domingo, cuando los 16 candidatos estuvieron frente a frente. O a medias.

Ante el elevado número de postulantes, el CNE dispuso dos franjas horarias y en cada uno se midieron ocho aspirantes. En el primer grupo estuvo el actual mandatario, Daniel Noboa, así como el exministro de Gobierno, Henry Cucalón, entre otros.

A la segunda hora estuvieron las únicas mujeres en liza, la principal referente de la oposición, Luisa González; la compañera de fórmula del asesinado político Fernando Villavicencio, Andrea González; así como figuras reconocidas como Carlos Rabascall o el líder indígena Leonidas Iza.

Fue una transmisión de casi cuatro horas que resultó aburrida e incluso soporífera para gran cantidad de personas, como constatan comentarios en redes sociales y reacciones en programas televisivos.

“Tener 16 candidatos y aspirantes a la Presidencia de la República no es lo ideal, es un abanico muy amplio que desvirtúa el principio de conocer los planes de gobierno a detalle y votar por la persona más opcionada”, apunta la politóloga ecuatoriana Valeria Arcos Hervas en entrevista con RT.

Sin el choque esperado

En 2023, cuando la nación meridional tuvo unas elecciones anticipadas, Noboa venció a Luisa González en el balotaje. En esta ocasión, los sondeos apuntan a un escenario similar, ambos aparecen muy por encima del resto a menos de un mes de que abran las urnas.

Por ello la expectativa era ver un cara a cara, empero los organizadores los separaron. “Llamó la atención”, reconoce Arcos. “Eso generó una sensación de desazón en la población que esperaba precisamente este debate para conocer sus principales argumentos”, cuenta.

La propia aspirante de la Revolución Ciudadana calificó el hecho como “raro”. Entrevistada el lunes por Teleamazonas afirmó que le hubiese gustado tener un intercambio de ideas con el mandatario, al punto de que lo retó a un encuentro antes de la primera vuelta.

“Podríamos hacer un debate entre los dos si el CNE lo permite y si él está de acuerdo también”, declaró González.

¿De qué se habló?

El CNE estableció tres temas: seguridad y prevención del crimen; eficiencia del Estado y servicios públicos; y crecimiento económico y generación de empleo. Primero respondían una pregunta en 90 segundos y luego tenían dos interpelaciones para contestar cada una en 30 segundos.

“El formato en franjas coadyuva a una mayor equidad en la participación ya que sería inmanejable que 16 personas expongan sus ideas sobre los temas clave”, valora Arcos. Sin embargo, lamentó la poca duración para tratar temáticas imprescindibles.

Poco tiempo dado para responder temas trascendentales y de estructura que debían ser abordados con mayor profundidad y que no permitieron la contraposición de ideas y propuestas”, añade la experta.

Efectivamente, a diferencia de los debates tradicionales, en la edición del domingo no hubo réplicas ni mayores espacios para confrontar. Varios de los presidenciables inclusive se refirieron al “poco tiempo” con que contaban para exponerse.

Pedro Granja, del Partido Socialista Ecuatoriano, fue más allá: “Qué pena que este debate no sea debate porque realmente es una caricatura“. Una frase que dijo durante la emisión y que rápidamente fue repetida por un sinnúmero de usuarios en redes sociales.

Resueltas las tres interrogantes y sus respectivas interpelaciones, los aspirantes tuvieron tan solo 25 segundos para dar su último mensaje, mucho menos del típico minuto que se acostumbra.

“Se evidenció una vez más poca presencia de propuestas creativas o prácticas que dialoguen con las expectativas del electorado, para caer una vez más en lugares comunes, ofrecimientos demagógicos y descalificaciones de sus contendientes”, deplora Arcos.

En seguridad se abogó por “apoyo internacional” hasta de Naciones Unidas, mientras que en cuanto a la energía, otra de las calamidades que padece el Ecuador, muchos mencionaron a Perú y a Colombia como ejemplos de la necesidad de promover inversión privada, en un esquema replicable a la minería.

“Los temas sobre los que se efectuaron mayores intervenciones fueron: la crisis de seguridad por la que atraviesa el país y los consecuentes ofrecimientos de mano dura desde una perspectiva ‘securitista’ y no necesariamente preventiva; crisis energética y cortes de electricidad en Ecuador, posicionando la necesidad de atraer la inversión extranjera, pero nuevamente sin plantear cómo esto se convertiría en una realidad y no en una mera retórica; y crisis económica y empleabilidad, aspecto que también fue abordado de manera muy genérica”, resume Arcos.

¿Pero hubo ganador?

En redes sociales y en medios de comunicación fue Andrea González la que se llevó la atención. La postulante de Sociedad Patriótica dedicó su participación a atacar la gestión (2007–2017) del ex jefe de Estado, Rafael Correa, y a su delfín.

Una postura que le valió severas críticas, al mostrar un anticorreísmo visceral, pero también un alto influjo mediático, especialmente luego de una respuesta que le dio a Luisa González.

No se podría hablar de una victoria en el debate por parte de alguno de los candidatos, aunque sin duda la candidata del partido Sociedad Patriótica tuvo una participación más clara y luego del debate tuvo un repunte según Google Trends, aunque al momento no necesariamente eso la ubicaría entre las principales opcionadas a ocupar la Presidencia de la República”, opina Arcos.

Y así lo observaron varios analistas en Ecuador, donde consideran que logró enfocar sus críticas a su principal adversaria, la presidenta de Revolución Ciudadana.

Rumbo a las elecciones

Hace menos de dos años Noboa llegó al debate presidencial por detrás en las intenciones de voto y en los reflectores mediáticos, pero una estrategia de cuasi tercera vía le permitió colarse hasta la segunda vuelta e imponerse a González.

En esta ocasión la prensa especulaba con la opción de que se repitiera el escenario, pero el consenso es que esta vez no se produjo un resultado tan descollante como aquel.

“Lo que ocurrió en el debate donde el actual presidente del Ecuador —considerado como ‘outsider’— se consolidó como tal, veo inviable que ocurra, es decir, que a partir del debate, el electorado indeciso se decante por una u otra persona, difícilmente pasará luego del espacio del pasado 19 de enero”, avizora Arcos.

Para la especialista, la clave será quién puede responder los problemas de la población de manera acertada. “Otro elemento decidor es quién está en capacidad de aglutinar voluntades, cohesionar al país y evitar profundizar en la polarización que seguimos viviendo”, reflexiona.

La cita será el 9 de febrero próximo, cuando elegirán presidente, vicepresidente y miembros de la Asamblea Nacional para el período 2025-2029. Si los pronósticos se cumplen, luego habrá otra vez una segunda ronda, que se efectuará el 13 de abril.

Rusia Today 21.01.2025

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