“China no quiere entrar en una guerra comercial, ya que el esquema tarifario y el sentido común del comercio global de los últimos 25 años le es muy beneficioso. No quiere alterar estas reglas, pero tampoco está dispuesta a ponerse en una posición de inferioridad en la negociación con Estados Unidos. China no va a desescalar el conflicto”, expresó.
“Esta política proteccionista y de unilateralismo de Estados Unidos, que tiene como correlato la salida de la Organización Mundial de la Salud (OMS) y la poca atención a las Naciones Unidas, va a potenciar que China se convierta en un eje del multilateralismo y de la cooperación”, resaltó.
“Puede profundizar las ayudas humanitarias y los préstamos con tasas bajas tanto del desarrollo del BRICS+ como del Banco Asiático de Inversión y Desarrollo”, agregó.
Por último, señaló que “la sociedad china está más preparada que la norteamericana para pasar algunos periodos de decrecimiento económico”.
“El sistema político de China le da más herramientas para pasar periodos donde la economía no esté bien. En cambio, si Estados Unidos tiene dos años muy malos económicamente a raíz de esta política de tarifas, es probable que a Donald Trump le vaya muy mal en las elecciones”, cerró.
Reunión OTAN-Japón: “Llama la atención que la cooperación sea en industrias de defensa”
El primer ministro japonés, Shigeru Ishiba, y el jefe de la OTAN, Marke Rutte, se comprometieron el miércoles 9 de abril a profundizar aún más los lazos militares.
“Llama la atención que esa cooperación sea específicamente en industrias de la defensa, algo que puede generar resquemores en el caso japonés teniendo en cuenta que es un país que, luego de la Segunda Guerra Mundial, ha forjado una identidad pacifista y parecería ser que estos acuerdos a veces un poco entran en tensión con esa identidad”, comentó Marina Salazar, docente de la Universidad de Rosario y especialista en política exterior japonesa a Séptimo Piso.
“Estos acuerdos para la parte japonesa se firman teniendo en cuenta sus capacidades defensivas y no sus capacidades ofensivas”, agregó.
La académica sostuvo que “en general la política exterior japonesa siempre espera a ver cómo se mueve un poco el tablero y luego reacciona. La proactividad no ha sido una característica central de los nipones”.
“Japón mantiene relaciones diplomáticas con China, pero también ha mantenido vínculos con las autoridades de Taiwán y esto no es bien visto por las autoridades chinas”. Además, añadió que “tras la llegada de Trump, habrá que prestar atención a la alianza Nipona Estadounidense”, cerró.
Sputnik 10.04.2025