A FUEGO LENTO
POR ENRIQUE PASTOR CRUZ CARRANZA
(Exclusivo para Voces del Periodista)
“Todo lo puede el esfuerzo de un pueblo”:
General y Lic. José Ortiz Ávila
Ciudad del Carmen, Campeche.- No se puede hablar de un federalismo integral en la República Mexicana, cuándo existen grandes e incomprensibles contrastes dentro de ella, con políticas discriminativas, cargadas de prepotencia, desprecio e iniquidad, aplicando criterios fuera de toda congruencia, siendo el caso del Estado de Campeche, el ejemplo concreto de nuestro análisis y exposición que nos motiva.
NUESTRA HISTORIA es hermosa, llena de grandes pasajes donde la conquista vivió frentes de batalla singulares de un pueblo dispuesto a defender su libertad frente a los conquistadores, desde el lejano 22 de marzo de 1517 cuando Francisco Hernández de Córdoba y Antón de Alaminos llegaron en la expedición de Cuba para llamar “San Lázaro” por la fecha de las festividades a su arribo.
Fue entonces que el cacique “Moch Chuó” derrota a Hernández de Córdoba y es derrotado en Champotón en la denominada Bahía de la Mala Pelea.
La no menos inolvidable “Guerra de Castas”, propiciada por la explotación inhumana de los criollos contra los nativos y etnias mayas, dio lugar a una rebelión sangrienta reprimida desde Mérida, Yucatán, hasta llegar al 18 de mayo de 1858, cuando la junta gubernativa de Mérida decretó la elección del estado de Campeche, presentándosela al presidente Benito Juárez García el 31 de julio de 1858 para concretar el convenio de división territorial con el que se dio por concluida una guerra fratricida de castas. Finalmente, Campeche, de acuerdo con el diario oficial del 29 de abril de 1863, fue declarado estado libre y soberano de la federación, integrando los Estados Unidos Mexicanos; y el 31 de julio de 1863 se promulgó la primera constitución del estado de Campeche.
Los recursos naturales de la entidad siempre fueron de gran atracción para propios y extranjeros en explotación sin freno y menos con un criterio de sustentabilidad, al grado de haberse convertido en botín de piratas y corsarios al servicio de diferentes monarquías de Europa. Mientras el Palo de Tinte y las maderas preciosas salían del Puerto de Isla del Carmen al mundo, cargados de millones de toneladas de maderas, la federación solamente se interesaba en recibir el pago de impuestos, fomentando la creación de cacicazgos para dominar la región, sin preocuparse en mejorar las condiciones de vida, infraestructura y progreso, salvo la construcción de sus áreas amuralladas administrativas.
Un catálogo de iniquidad y mezquindad combinada.
La naturaleza generosa nunca dejó de ser factor de sobrevivencia y, al descubrir las anilinas en Alemania, y quedar en el abandono la explotación del “Palo de Tinte”, se vivió una nueva arremetida con la resina del chicle; posteriormente, la Industria Pesquera Camaronera hasta que la guerra de precios de la OPEP obligó a activar las reservas probadas en las aguas someras entre Frontera, Tabasco, y Puerto Real, Isla del Carmen, Campeche.
A pesar de existir en los años sesenta y setentas la vigencia de la ley de cooperación del petróleo, que obligaba al gobierno federal a entregar a los estados una parte de impuestos que se le cobraba a PEMEX por extracción de cada barril de petróleo, en el ámbito gubernamental es conocido el crecimiento económico espectacular de Tabasco, regiones de Chiapas, Veracruz, Tamaulipas, ya que del subsuelo territorial en los principios de los setenta se extraía la mayor parte del petróleo que México exportaba.
La mezquindad de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público buscó esquilmar la parte proporcional al estado de Tabasco y fue entonces cuando el gobernador Leandro Rovirosa Wade contrató al jurista campechano José Trinidad Lanz Cárdenas para entablar una demanda de pago por concepto de participación petrolera, obteniendo un resultado favorable para los tabasqueños y por lo cual llegaron numerosos recursos económicos que permitieron el despegue de esa entidad, grandes inversiones, miles de empleos y aminorando los estragos de la explosión demográfica que trae como consecuencia PEMEX en cada lugar donde realiza sus actividades.
La pretendida activación de las reservas en aguas someras de la entidad no tuvo la misma defensa del jurista campechano, y el gobernador Rafael Rodríguez Barrera no presentó ninguna resistencia a la apertura y posterior destrucción de la Industria Camaronera, con la monumental restricción de áreas de captura, la violación de normas internacionales en la instalación de acueductos hasta “Dos Bocas” y la postura sin gallardía de quien lograría posteriormente una carrera política personal de éxitos, imitada sin pudor por los siguientes gobernantes y pandillas.
“Bonanza petrolera”, pero no para todos.
La posterior declaración de bonanza petrolera y abundancia de dinero del presidente José López Portillo fue una sentencia de destrucción, marginación, discriminación laboral de los campechanos y todos los efectos negativos de un proyecto cargado de insensibilidad, contaminación integral y la creación de gobernantes campechanos y funcionarios de la empresa energética para establecer la denominada “Mafia Petrolera”, que desde la década de los setentas hasta hoy, disfrutan de sus rapiñas, impunidad colosal y gran estructura de corrupción de “beneficio mutuo“, gobierne quien gobierne.
La esperanza de quienes no sabemos resignarnos a esta maldición del Estado de Campeche reverdece ante la naciente administración de la presidenta Claudia Sheinbaum Pardo, para replantear todas las promesas nunca cumplidas, la ingratitud del Gobierno Federal con la Entidad y la urgente necesidad de cambiar el paradigma de ser la entidad bastarda de la Patria Mexicana, con fórmulas infames de participación en la renta petrolera, el desprecio de nuestros propios gobernantes sin amor a su terruño que se enriquecen hasta la saciedad y nunca han luchado por imitar al tabasqueño Rovirosa Wade.
La Secretaría de Hacienda y Crédito Público, junto con la Dirección de PEMEX, coludidos con todos los gobernadores de la etapa letal petrolera, se han convertido en las murallas con argucias legaloides mientras la realidad de nuestro terruño se manifiesta en nuestro campo en desgracia, la vocación pesquera colapsada, el potencial agropecuario una historia de infamia con el arroz. Alrededor, se puede ver a Tabasco y a Yucatán industrial, progresista, sostenido, admirable por su avance, mientras la sentencia del presidente Miguel de la Madrid Hurtado se está cumpliendo a cabalidad cuando —así lo describe nuestro amigo (Q. E. P. D.) Lázaro Chay Coyoc en su libro Campeche, oro negro, Injusticia—: “Los campechanos se sentarán a ver pasar (de nuevo) la riqueza por la puerta de su casa”: MMH.
No dejaremos de exigir ahora con usted, Sra. Presidenta Claudia Sheinbaum Pardo, que la SHCP y nuestra rescatada Empresa del Estado —PEMEX— hagan justicia a Campeche por derecho primigenio de ser “Estado Rivereño”. Debiéramos ser EL DUBÁI de América y no el basurero de las ingratitudes en la mezquindad de una Suave Patria injusta o el permanente vodevil para la burla hasta fuera de nuestras fronteras.
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Autor:
ENRIQUE PASTOR CRUZ CARRANZA Periodista de Campeche. Defensor de la identidad y cultura campechana. Sus columnas destacan por su pasión y análisis histórico. |
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