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“¡LA RECETA DE LA ABUELA!”

“La mente es el límite. Mientras la mente pueda imaginar el hecho de que puedes hacer algo, puedes hacerlo, siempre y cuando realmente lo creas al 100 por ciento”. (Arnold Schwarzenegger)

 

LA MOTIVACIÓN.

Cada vez que voy a platicas, charlas, conferencias o reuniones que tratan sobre cambios significativos en la vida y, sobre todo, de las formas para alcanzar el éxito, es común escuchar hartas frases motivacionales y verbos sinónimos que pretenden empoderar la voluntad de los participantes y minimizar las circunstancias que se presentan. Es decir, el “querer”, “desear”, “anhelar”, “ansiar”, “aspirar”, entre otros, son repetidos hasta el cansancio.

Tal pareciera que al hacerlo de tal manera y con voz fuerte o gritos los llevaran no sólo al convencimiento, sino a convertirlos en realidad o cuando menos, a crear un camino cierto entre la incertidumbre futura a que todos estamos expuestos.

Es tal la investidura de poder o animación, que se creería que en unos cuantos minutos se ha logrado la transformación de simples seres humanos en poderosos caballeros de triunfos o damas de excelencia.

Llenar de pragmatismo a una persona siempre resultará en una actitud encaminada a grandes cosas; desafortunadamente esto es complementario a otras acciones.

Hay personas que no entienden que los logros requieren de trabajo, esfuerzo y dedicación y quienes los motivan, no les concientizan de ello; a tal grado que, si bien, la inyección de energía genera expectativas, está debiera ser gradual con el propósito de mantener un estado de ánimo favorable acorde con las actividades pertinentes.

Es lindo escuchar: “hoy puedes hacerlo todo”, “llénate de energía para lo que viene”, “tú tienes todo para triunfar” y una vez que salimos del evento o desaparece la motivación, la rutina puede adueñarse de nosotros, el miedo puede hacerse presente o simplemente, el desinterés hace que el olvido domine nuestras pretensiones.

Sin duda que cambiar el estado de ánimo de cualquiera es mágico, el hacernos soñar estando despiertos es una maravilla, el recordarnos que la fuerza radica en nosotros es plausible; sin embargo, los mejores entrenadores de vida señalan que el trabajo siempre va antes que el éxito y es ahí, donde se construye un futuro acorde con nuestros esfuerzos constantes y nuestras metas conscientes.

Charles Bukovski dijo que “a veces uno no sabe que se va a estrellar y acelera” y eso es sumamente común; nos perdemos en detalles que truncan nuestro paso en aras de suponer o confiarnos en ciertas circunstancias.

Cuando tomamos en cuenta todos los elementos y los analizamos, siempre estaremos en condiciones de hacer bien las cosas y con ello, lastimarnos.

Convencer y concientizar a otros que no hay necesidad de milagros cuando el sudor es una muestra firme de nuestras convicciones es el auténtico camino para avanzar y lograr lo que nos propongamos … ¿o acaso crees que hay otra manera?

 

EL MOMENTO.

Séneca alguna vez dijo “no tomes una decisión permanente, a causa de una emoción temporal”.

Esto es cierto, en muchas ocasiones actuamos más por el impulso que tenemos en un determinado instante que mediante la planeación de nuestras acciones y, obviamente, los resultados deseados a veces no corresponden a su ejecución. La excesiva motivación puede cegarnos provocando incertidumbre en la ejecución.

Quizás sea reiterativo, pero no bastan las alabanzas, porras o loas para que las metas se alcancen por si solas; por el contrario, realmente necesitamos un análisis consciente de la situación y las formas, alternativas y programas de ejecución para alcanzar las metas establecidas.

En casa me enseñaron que no hay mejor forma de entender una idea que escribiéndola en unos cuantos renglones y lograr su excelencia, es que al compartirla cualquier persona pueda leerla y comprenderla.

Esto que es sumamente sencillo, se convierte en algo difícil de apreciar en la mayoría de los casos. Sea por flojera, incapacidad, ignorancia o capricho, prácticamente nadie hace lo anterior.

No cabe duda de que el gran actor Héctor Suárez mostraba con genial elocuencia escenas constantes extremas en la vida de los mexicanos a través de su programa

“¿Qué nos pasa?”; en ese contexto, te invito a recordar del personaje que destruía todo y al ser detenido y cuestionado sobre la razón por la que actuaba así, éste sólo decía “no maaaas”.

Triste expresión con un significado lamentable: “nada más”; es decir, exhibía una ausencia de razón alguna y un proceder instintivo, para satisfacer su voluntad sin ninguna finalidad, a capricho y sin importar nada ni nadie. El resultado de ello era una destrucción, pérdida de tiempo y deterioro de un ser de valor sin muestra de valores.

Si volteáramos a nuestra realidad y observáramos a detalle la manera en que se conducen las personas … ¿cuántos nos dirían que se comportan pensando las cosas?, es más, … ¿cuántos realmente lo corroborarían con sus acciones lógicas?

Motivación y razón son dos supuestos necesarios para encauzar nuestros actos y con este último, viene la realización. La combinación de los tres no siempre nos llevará a lograr lo pretendido; sin embargo, la falta de alguno lo hará prácticamente imposible.

Es común escuchar lamentos por los fracasos, por no obtener los resultados queridos, por olvidarnos de los objetivos; sin embargo, del recuento de lo sucedido …

¿Cuántos crees que hayan pensado, sentido y trabajado?

 

LA FÓRMULA.

Eduardo Galeano escribió: “nos dicen que estamos hechos de átomos, pero en realidad estamos hechos de historias”.

Y si queremos tener una historia de éxito … ¡hagámosla con lo mejor de nosotros!

En la escuela aprendí que ser impulsivo no era la respuesta a las circunstancias que se nos presentaban, de igual manera no significaba nada el poner a trabajar las neuronas si éstas no iban a tener consecuencias en la realidad y finalmente, las lágrimas como las risas darían color a nuestras acciones, pero para que tuvieran sentido deberían tener un contexto.

Si queríamos ganancias, teníamos que hacer que todo esto se entrelazara en forma ordenada y con objetivos y ahí estarían nuestras satisfacciones.

De ahí recuerdo las anécdotas que hablan de cuando las mujeres casaderas se acercaban con sus abuelas para que les dijera que hacer para tener contentos a sus futuros maridos; ellas usualmente les decían que había que tenerlo bien comido con platillos sabrosos, de ahí que les compartieran su recetario.

En ese sentido, he leído algunos libros, he revisado entrevistas con personas de éxito y he escuchado montones de charlas y conversaciones con gente que ha logrado sus metas y el consejo constante es algo básico, lee y comprende.

Por experiencia y lógica sabemos que leer mejora el lenguaje, fortalece la concentración, aumenta la inteligencia emocional, alimenta la imaginación, desarrolla la memoria, facilita la comunicación, ejercita el cerebro, reduce la tensión, mejora la ortografía, amplía el vocabulario y todo ello genera un incremento en la capacidad de atención y la cultura general y con ello, nos provee elementos para la toma de decisiones.

En consecuencia, si somos lectores y nos beneficiamos de las ventajas que esto nos genera, estaremos en una mejor posición para emplear el entusiasmo, el intelecto y el empeño físico.

Retomando la receta de la abuela, sin duda alguna encontraríamos que la inversión en nosotros y la preparación que hagamos para diseñar nuestro camino son elementos contundentes para poner las bases en nuestro presente con miras a la construcción del futuro que hemos escogido; en el entendido que siempre podrá haber distractores o percances, pero contaremos con herramientas para improvisar y regresar al sendero convenido.

Si los límites nos los ponemos, me queda claro que las excusas las inventamos en aras de justificar ciertas acciones u omisiones que no son favorables a nuestros objetivos; de hecho, éstas están más encaminadas a engañar a terceros que a nosotros mismos.

Conjugar el haber como mera posibilidad, sólo nos representa un retroceso. ¿Cuántas veces no hemos escuchado el “si hubiera” como un escape a la realidad que nos ocupa?

No cabe duda de que ese recetario ideal y ancestral realmente nos daba un “a, b, c” de como atender lo básico y trabajarlo a nuestro favor.

Todos sabemos que no somos perfectos, aunque algunos lo pretendan y nuestras historias contienen todo tipo de situaciones y emociones; sin embargo, saber que hoy tenemos la manera de crear el mundo que deseamos, implica una gran responsabilidad y satisfacción.

Don Quijote, el legendario personaje de Miguel de Cervantes Saavedra, dijo: “soñar el sueño imposible, luchar contra el enemigo imposible, correr donde valientes no se atrevieron, alcanzar la estrella inalcanzable, ese es mi destino”.

¿CUÁL SERÍA LA FRASE CON QUE TE REFERIRÍAS A TU VIDA EL DÍA DE HOY?

 

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Posdata: Un honor participar en el Diplomado Internacional de Franquicias organizado por el Instituto Latinoamericano de la Franquicia. (ILAF)


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