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SANTA CRUZ (Sputnik) — El presidente de Bolivia, Luis Arce, afirmó que Bolivia no está quebrada y descartó renunciar a su cargo, tras la ola de críticas a su gestión por la escasez de carburantes y dólares desde 2024.
“Hemos escuchado en redes sociales que vamos a presentar nuestra renuncia, en esta misma Casa Grande –Palacio de Gobierno– hemos enfrentado bloqueos, marchas, desacreditaciones, hasta golpe de Estado. Estamos cumpliendo el mandato popular expresado en las urnas y aclarar que Bolivia no está quebrada, Bolivia sigue generando ingresos y redistribuyendo las riquezas”, afirmó Arce, arropado por los ministros de su gabinete, en la ciudad de La Paz.
Bolivia registra en la actualidad una escasez de diésel y gasolina, que en los últimos días se agravó con largas filas en estaciones de servicio en las ciudades bolivianas.
La autoridad boliviana también descartó suprimir la subvención a los carburantes y devaluar la moneda boliviana, y que seguirá trabajando en soluciones a los problemas económicos actuales.
“No vamos a tomar medidas como la devaluación o levantar la subvención, eso no resuelve el problema que enfrenta nuestro país. El problema que hoy enfrenta nuestro país es simple: la falta de liquidez de dólares transitoria”, puntualizó.

Arce también adoptó 10 medidas para mejorar el abastecimiento de combustibles, tales como la mayor provisión de combustibles, el desarrollo de una aplicación móvil para smartphone sobre gasolineras, horario continuo de trabajo y clases escolares virtuales para bajar la demanda de transporte público.
El gasto de la importación de diésel y gasolina de Bolivia se duplicó entre 2022 y 2023, de 1.500 a 3.000 millones de dólares, de acuerdo con datos de Yacimientos Petrolíferos Fiscales Bolivianos (YPFB).
El 86% de diésel y el 56% de gasolina que se consume en el mercado interno de Bolivia es importado, según datos de YPFB, debido a que actualmente se produce solo una mínima parte de combustibles líquidos.
Sputnik 13.03.2025