“Cuauhtémoc vive en la resistencia de los pueblos indígenas y en la defensa de nuestra soberanía. Su legado nos inspira a seguir luchando por un México justo y libre.“
Claudia Sheinbaum Pardo, Presidenta de México.
Plaza de la constitución, Ciudad de México | 28 de Febrero 2025 | Mañanera del Pueblo
El Gobierno de México, encabezado por la presidenta Claudia Sheinbaum, realizó los Funerales de Estado en conmemoración de los 500 años de la ejecución de Cuauhtémoc, el último tlatoani mexica.
El acto, celebrado en el Zócalo de la Ciudad de México, reunió a autoridades, representantes de pueblos originarios y ciudadanos para honrar la resistencia y el legado de quien defendió Tenochtitlán hasta el final.
La presidenta Sheinbaum destacó la importancia de recordar a Cuauhtémoc como un símbolo de la resistencia indígena y la defensa de la soberanía nacional.
“Cuauhtémoc fue el último Huey Tlatoani mexica. Su juventud no le impidió gobernar con valentía y honor. Hoy, su espíritu nos inspira a mantener vivos los principios de libertad, justicia y soberanía”, afirmó Sheinbaum.
Cuauhtémoc, cuyo nombre significa “águila que desciende”, nació en 1496 y fue educado en el Calmécac, donde aprendió astronomía, religión y estrategias militares. A los 25 años, asumió el liderazgo de Tenochtitlán en medio de la invasión española y la epidemia de viruela que diezmó a su pueblo.
Durante su discurso, Sheinbaum recordó cómo Cuauhtémoc lideró la defensa de Tenochtitlán contra las tropas de Hernán Cortés. A pesar de las adversidades, como la falta de armas y la escasez de alimentos, el tlatoani y su pueblo resistieron con ingenio y valentía.
“En lo que se conoce como ‘El sitio de la Gran Tenochtitlán’, Cuauhtémoc y su pueblo defendieron con honor y fiereza su nación. Aunque la ciudad cayó, su espíritu de resistencia nunca fue vencido”, explicó la presidenta.
Cuauhtémoc fue capturado el 13 de agosto de 1521 y, tras años de cautiverio, fue ejecutado el 28 de febrero de 1525 en Tenosique, Tabasco.
Uno de los momentos más emotivos del evento fue la lectura de las palabras que Cuauhtémoc dirigió a su pueblo tras la caída de Tenochtitlán:
“Nuestro sol se ocultó. Nuestro sol desapareció su rostro y completa oscuridad nos ha dejado, pero sabemos que otra vez volverá, que otra vez saldrá y nuevamente nos alumbrará”.
Estas palabras, según Sheinbaum, representan la esperanza y la fortaleza que han caracterizado al pueblo mexicano a lo largo de su historia.
Reconocimiento a los pueblos originarios
El acto también incluyó un homenaje a los pueblos originarios de México, representados por líderes indígenas y comunidades náhuatl. Rita Mariel Romero, de la Academia de la Lengua Náhuatl, destacó la importancia de preservar las tradiciones y la lengua náhuatl como parte del legado de Cuauhtémoc.
“Cuauhtémoc sabía que, si caía Tenochtitlán, peligraban nuestras deidades, tradiciones y lenguas. Hoy, seguimos defendiendo nuestra cultura y nuestra tierra”, afirmó Romero.
Además, se realizaron rituales tradicionales mexicas, como la interpretación del Himno Nacional en náhuatl y una guardia de honor en el busto de Cuauhtémoc.
El evento concluyó con un llamado a continuar la lucha por la justicia, la soberanía y la reivindicación de los pueblos originarios. La presidenta Sheinbaum enfatizó que la historia de Cuauhtémoc es un recordatorio de que México es una nación construida sobre la resistencia y la dignidad.
Con este homenaje, México reafirma su compromiso con la memoria histórica y la reivindicación de sus raíces indígenas, recordando que, como dijo el poeta anónimo mexica:
“Mientras permanezca el mundo, no acabará la fama y la gloria de México-Tenochtitlán”.
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| Redacción
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