POLÍTICA Y SOCIEDAD
POR JUAN JOSÉ AGUSTÍN REYES RODRÍGUEZ*
Ciudad de México.- En décadas recientes y por siglos previos, el territorio mexicano ha sido objeto de invasiones extranjeras, despojos, humillaciones a los pueblos y comunidades originarias, que han perdido su esencia, sus tradiciones, usos y costumbres, ante el avasallamiento impuesto por la modernidad y un supuesto desarrollo basado en los aspectos monetarios, económicos y financieros, que son elementos de algunos sectores de la sociedad que dan poder e impunidad.
EL TERRITORIO contiene no sólo la superficie sino también los bosques, selvas, semidesiertos, humedales, manglares, plantas alimenticias, ceremoniales y medicinales; en su subsuelo se encuentran los metales preciosos como oro y plata, cobre, hierro; importantes minerales como el litio, carbón, azufre, manganeso; petróleo, gas y energía geotérmica; tierras de cultivo y pastoreo; y uno de los recursos más importantes, que después del aire, es el AGUA que con todos sus ciclos naturales representan la vida del planeta en todas sus expresiones.
En el aprovechamiento de esos recursos para convertirlos en bienes y servicios a la sociedad, se han desarrollado las ciencias, técnicas, métodos, procedimientos y en prácticamente todos los casos, el uso de equipo, maquinaria, herramienta y otros enseres, utilizando como principal insumo al agua.
La minería y otros. De las actividades humanas que más han impactado a los territorios rurales, se encuentra la minería en todas sus formas, a cielo o tajo abierto, con túneles y recientemente para el gas, el fraccionamiento hidráulico (fracking). El crecimiento agrícola y sobre todo el ganadero, ha sido la principal causa de la devastación forestal y la pérdida del hábitat de la fauna silvestre y la biodiversidad.
El crecimiento urbano e industrial, planeado o desordenado en las grandes metrópolis y también en los terrenos que eran ejidales y comunales, han pasado a ser privados y con ello a un rompimiento y fragmentación de esas tierras que fueron concebidas originalmente como unidades de producción y unión de las comunidades rurales.
Ese crecimiento de las actividades humanas sobre el territorio de pueblos y comunidades indígenas y afromexicanas ha sido a través de despojos por grandes empresas nacionales y extranjeras, como las mineras, que han gozado hasta la fecha de una clara impunidad y protección de los gobiernos federal, estatales y municipales, así como la complicidad y argucias legaloides de los poderes judicial, federal y de los estados en donde se tienen estas actividades.
Mineras dejan sin agua a comunidades aledañas
Ejemplos hay muchos que se han denunciado pública y formalmente por los impactos causados al ambiente y a sus habitantes, como las minas del Grupo México de Larrea, de Carlos Slim, de Ricardo Salinas Pliego, de la ArcelorMittal de la India y las canadienses Golden Corp. y otras, por señalar algunas, que no sólo han contaminado el suelo, ríos y aguas donde se encuentran, sino que han sido las protagonistas de amenazas y hasta asesinatos de lideres comunitarios que se han opuesto a sus trabajos.
Estas acciones las han ejecutado, frecuentemente, con la protección de las propias autoridades locales, grupos de paramilitares y de los cárteles presentes ahí. Todas estas minas operan con miles de millones de metros cúbicos de agua, que extraen de los acuíferos o ríos donde se instalan dejando sin ese preciado líquido a las comunidades.
Adicionalmente los impuestos que pagan son irrisorios, si es que los pagan, y los repartos de regalías son prácticamente nulos. Estas mineras dejan graves daños a los territorios, comunidades, estados y a la nación.
El problema de la actividad minera está en prácticamente todo el país. Las que extraen metales preciosos y minerales se encuentran en todos los estados que están a lo largo de la Sierra Madre Occidental, el eje Neovolcánico y parte de la Sierra Madre Oriental; viene desde Sonora, donde están las principales minas de cobre; Chihuahua, Sinaloa, Nayarit, Zacatecas, Jalisco, Michoacán, Guerrero, Oaxaca y Chiapas. En el centro del país están en el Estado de México y en Puebla.
Urbanización y megaproyectos inmobiliarios. – Esta actividad se ha presentado con mayores impactos en las zonas metropolitanas de la Cuenca de México, Guadalajara, Monterrey, Tijuana y Acapulco.
Aquí es donde se ha dado la concentración de los poderes político, económico, financiero, educativo, cultural, industrial e inmobiliario, entre otros.
El término en inglés, feed back —no significa sólo retroalimentación— tiene dos efectos o sentidos. Un feed back NEGATIVO es cuando cualquier actividad o acción se autorregula para mantenerse en cierto equilibrio; un feed back POSITIVO es progresivo ya sea para ir a su degradación o desaparición o cuando sigue creciendo y alimentándose sin control, como por ejemplo un alud de nieve, que empieza con desprendimiento de poca nieve y va incrementando su volumen, intensidad y daño.
Este fenómeno, por llamarle de alguna forma, es lo que ha venido sucediendo en la cuenca de México.
Un ejemplo sería el de los ejes viales en la ciudad de México: se presentó el problema del tránsito vehicular y se hicieron los ejes viales que “resolvieron” esta situación; al ser más fluido el tránsito se incrementó el número de vehículos por lo que ya fueron insuficientes esos ejes viales; pues para volver a “solucionar” el problema hay que hacer un segundo piso, hacer el viaducto de tres carriles, aunque se construyó sólo para dos y listo. ¿Listo?
¿Podrían decir si ya se resolvió el problema del tránsito, no sólo en la CDMX sino en toda la zona metropolitana? Entonces a seguir con las “soluciones”: poner
cables aéreos, incrementar el uso de motocicletas con toda la impunidad, irregularidades, accidentes y problemas que causan.
No es difícil adivinar cómo estará esta región en los próximos cinco o diez años. Es esa bola de nieve que sigue creciendo y creciendo, con mayores presupuestos y gastos (no inversiones) que se siguen destinando para “mejorar” las condiciones de habitabilidad de esta gran metrópoli, lo que la hace atractiva para que siga creciendo la población por la inmigración diaria, porque en sus lugares de origen no hay inversión, ni ofertas de empleo, ni facilidades para condiciones de vida digna.
Demandas de los pueblos, organizaciones y grupos ciudadanos. – El agua es uno de los principales indicadores de desarrollo humano. La carencia de agua para consumo humano en muchas de las ciudades y pueblos de la cuenca de México es cada día más preocupante.
En la Zona Metropolitana del Valle de México, se han identificado cuatro acuíferos: (0901) Zona Metropolitana de la Ciudad de México; (1508) Cuautitlán-Pachuca, (1506) ChalcoAmecameca y (1507) Texcoco. Todos están con un déficit relevante, es decir no deberían autorizarse más concesiones ni asignaciones de agua.
El acuífero de Texcoco es el más grande. Acorde con la información de la Comisión Nacional del Agua (CONAGUA), este acuífero abarca una superficie de 934 km2 equivalente a 93,400 hectáreas; comprende la totalidad de los municipios Chicoloapan, Chimalhuacán, Chiconcuac, Papalotla y Texcoco; casi la totalidad de los municipios de San Salvador Atenco, Chiautla, Ixtapaluca, Nezahualcóyotl, La Paz y Tepetlaoxtoc; toca porciones de Acolman, Ecatepec y Tezoyuca.
Tiene un abatimiento (datos 2006-2011) promedio de 1.2 a 3.8 metros por año. Los abatimientos más altos están en Cuautlalpan con 10 metros y Chicoloapan con 15 metros anuales.
El último reporte de CONAGUA del 30 de diciembre de 2022 señala que en este acuífero hay un déficit de 149 millones 805 mil 124 metros cúbicos de agua por año.
Si tomamos en cuenta que esta región ha tenido un crecimiento urbano irracional, especialmente desde que se anunció y empezó a construir el Nuevo Aeropuerto Internacional de México (NAIM), los próximos datos que dé a conocer la CONAGUA serán verdaderamente de colapso hídrico.
El gobierno ha anunciado que dará prioridad a la construcción de viviendas en el oriente del Estado de México; algunos datos mencionan que se construirán 250 mil viviendas y otros que serán 500 mil.
Entre algunos de los millonarios del agua se encuentran Kimberly Clark, Femsa (Coca Cola), Bachoco, Herdez, Mineras de Larrea, Carlos Slim, cerveceras, embotelladoras de agua como Bonafont, Agroindustrias, distritos de riego, automotrices, asociaciones cívicas, Banco Azteca de Salinas Pliego, BBVA, grupo ARA, megaproyectos turísticos, invernaderos y agropecuarias.
En el 2018 y 2019 hubo un movimiento de organizaciones, pueblos, académicos y ciudadanos que, con las firmas requeridas por la ley, presentó a la Cámara de Diputados la Iniciativa Ciudadana de la Ley General de Aguas, que tuvo un proceso de consulta en prácticamente todo el país y que se quedó en imaginaria
También tanto el gobierno federal como el del Estado de México formularán un Plan Hídrico Regional para el sur-oriente de esta entidad. Se ha anunciado que se integrará un Gabinete del Agua con los gobiernos de la CDMX, Estado de México e Hidalgo.
Protestas contra megaproyectos urbanos
Hay manifestaciones de numerosos pueblos por evitar que se sigan autorizando por parte de los municipios y el gobierno del Estado de México la construcción de megaproyectos urbanos, con unidades habitacionales de cinco mil, diez mil y hasta 16 mil viviendas cada una, como está la autorizada en abril por el cabildo de Texcoco a la empresa ARA, en los pueblos de Pentecostés, Texopa y la Resurrección. Tres ciudadanos presentaron un amparo en contra de ese acuerdo de cabildo, que por cierto está durmiendo el sueño de los justos. Casos equivalentes están en Acolman, Zumpango y otros municipios.
Otra forma de organización de los habitantes, que está tomando fuerza son las Contralorías Ciudadanas. Son instancias de planeación y control ciudadano para el buen gobierno del agua. Sus líneas estratégicas son el acceso universal al agua potable, prevención de inundaciones, fin a la urbanización no sustentable, respeto por el derecho de los pueblos indígenas y sistemas comunitarios y reemplazo de la sobreexplotación y trasvases, aprovechando las aguas pluviales y tratadas.
Políticas y legislación de desarrollo urbano, agua, minería. La Ley de Aguas Nacionales (LAN) vigente desde 1992, ha sido el instrumento más eficaz para el manejo económico y de intereses de empresas, funcionarios, políticos y grandes agricultores, así como para el despojo del agua y territorios; ha sido una ley perfectamente elaborada para permitir “legalmente” el manejo de este recurso vital en beneficio de los Millonarios del agua y en contra de la población en general. Según datos de la propia CONAGUA publicados por “Los Millonarios del Agua” (Moctezuma B., P. et al), 3,304 grandes usuarios privados acaparan 13 millones 183 mil hectómetros cúbicos de agua por año (un hectómetro cúbico equivale a un millón de metros cúbicos) Entre algunos de estos millonarios del agua se encuentran Kimberly Clark, Femsa, Bachoco, Herdez, Mineras de Larrea, Carlos Slim, cerveceras, embotelladoras de agua como Bonafont, Agroindustrias, distritos de riego, automotrices, asociaciones cívicas, bancos Azteca de Salinas Pliego y BBVA, grupo ARA, megaproyectos turísticos, invernaderos y agropecuarias. Esta ley tiene mecanismos que evitan revisar las concesiones que se han otorgado por la ÚNICA autoridad que las puede otorgar, además por plazos hasta de 50 años, renovables.
En el 2018 y 2019 hubo un movimiento de organizaciones, pueblos, académicos y ciudadanos que, con las firmas requeridas por la ley, presentó a la Cámara de Diputados la Iniciativa Ciudadana de la Ley General de Aguas, que tuvo un proceso de consulta en prácticamente todo el país y que se quedó en imaginaria. La Comisión de Recursos Hidráulicos, Agua Potable y Saneamiento era presidida por Morena. La siguiente legislatura siguió sin tomarla en cuenta, habiéndose pasado para su aprobación al Senado, corriendo la misma suerte. Los intereses de los millonarios del agua estuvieron sobre los legisladores, inclusive de Morena, que no aprobaron esta ley que es fundamental para la equidad y desarrollo del país.
República con derecho al agua. Este es uno de los 14 apartados del Proyecto de Nación de Claudia Sheinbaum Pardo, presidenta de México, señalando en el punto 91 de los 100 compromisos, el Plan Nacional Hídrico (PNH) para garantizar el derecho al agua (reforma y revisión de concesiones); CONAGUA tiene el Programa Hídrico Regional 2021-2024 para la Región Administrativa XIII Aguas del Valle de México, que tendrá que revisarse y actualizarse.
De manera concurrente el Estado de México está formulando, con la participación ciudadana, los Programas Regionales y el Programa Hídrico del Estado de México, en particular los Programas Regionales Hídricos: Cuenca de México, CDMX, EDOMEX, HIDALGO.
Este plan y programas hídricos necesariamente deben estar vinculados a planes de ordenación ecológica territorial, que defina claramente un orden en el desarrollo de la cuenca de México, para el caso particular, así como la planeación, ordenación y uso de los recursos naturales por cuencas hidrológicas forestales en todo el país.
La calidad y disponibilidad de agua depende de la existencia de zonas forestales, como las fábricas de agua, para la prevención y control de erosión, evitar inundaciones, azolve de presas y ríos e infiltración a los acuíferos. No es posible que se esté pensando en construir 500 mil viviendas en el Estado de México, principalmente en su región oriente, con los graves problemas de accesibilidad y disponibilidad de agua, factor determinante de un desarrollo sano y sostenible.
NO HAY SOSTENIBILIDAD SIN AGUA.
La descentralización de la cuenca de México hacia otras regiones del país debería ser una de las principales políticas de los gobiernos, con miras a un futuro realmente sostenible y no seguir creciendo con un seguro colapso y crisis ambiental a mediano plazo.
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Autor:
Juan José Agustín Reyes Rodríguez *Ingeniero Agrónomo, por la Escuela Nacional de |
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