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De cara a la asunción de Daniel Noboa para su segundo mandato al frente de Ecuador, pocos mandatarios regionales han confirmado su asistencia al evento. Analistas consultados por Sputnik indicaron que, aunque al jefe de Estado «no le importe», la mala imagen internacional puede tener efectos en la economía del país latinoamericano.
Daniel Noboa asumirá su segundo mandato como presidente de Ecuador —el primero completo tras un primer período de solo un año y medio— este 24 de mayo. El Ministerio de Relaciones Exteriores y Movilidad Humana confirmó la asistencia de los presidentes de Colombia, Gustavo Petro, y la de Perú, Dina Boluarte.
Además, la Cancillería ecuatoriana señaló que asistirán 74 delegaciones extranjeras de alto nivel y 19 autoridades de organismos internacionales. Acudirán también los cancilleres de Bolivia, Celinda Sosa; Brasil, Mauro Vieira; Costa Rica, Arnoldo Tinoco; Marruecos, Nasser Bourita y Panamá, Javier Martínez-Acha.

En un diálogo con Sputnik, el experto en relaciones internacionales ecuatoriano, Santiago Carranco Paredes, dijo que, si bien asistirá un número importante de delegaciones, muchos países se harán representar por funcionarios que no son de primer orden. Es el caso, por ejemplo, de Corea del Sur, que enviará a Ecuador a un jerarca de su Oficina de Coordinación de Políticas Gubernamentales.
«Será interesante ver quiénes acabarán llegando a Ecuador y la preponderancia que estas personas tienen en sus países porque dará un termómetro de cómo comienza este Gobierno de Ecuador y cómo está situado el país hoy en el mundo», comentó el experto.
Carranco Paredes recordó que, luego de resultar electo en abril, el presidente Noboa realizó una gira internacional que lo llevó a entrevistarse, entre otros, con el presidente de Francia, Emmanuel Macron, así como con el rey de Reino Unido, Carlos III, con el objetivo de que «Ecuador limpie un poco su nombre tras el mal manejo de la política exterior» que caracterizó al primer período de Noboa.
Consultado por este medio, el analista ecuatoriano Orlando Pérez consideró que la falta de interés de mandatarios por la asunción de Noboa demuestra que la gira hecha por el presidente «no ha dado resultados». Lo mismo sucedió, según el experto, con las gestiones hechas en abril por el Gobierno ecuatoriano para asegurar una fotografía con el presidente estadounidense, Donald Trump.
«Se tomó la foto con Trump, pero no viene a la posesión. Todo ese aparataje desarrollado con un alto costo económico para el Estado para que su posesión sea avalada por el concierto internacional ha tenido cero resultados diplomáticos», remarcó Pérez.
Para ambos expertos, la imagen internacional de Ecuador todavía está pagando la irrupción de fuerzas de seguridad dentro de la Embajada de México en Quito, ocurrida en abril de 2024 con la excusa de detener al exvicepresidente ecuatoriano Jorge Glas, que permanecía dentro de la sede diplomática.
Además de quebrar las relaciones entre Ecuador y México, el episodio dejó mal parado al país frente a la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC), facilitando que la gran mayoría de los presidentes de la región desistan de participar de la reelección de Noboa y envíen a Quito a sus cancilleres o funcionarios de menor rango.

Tampoco ayudaron, señalaron los analistas, las acusaciones sobre irregularidades en los últimos comicios o incluso otros incómodos gestos diplomáticos de Noboa, como el intento de enviar armamento de origen ruso a Ucrania a través de EEUU o una reciente visita al primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, en la que aseguró que Ecuador e Israel «tienen los mismos enemigos».
Para Pérez, Noboa se encargó además de romper otras posibles alianzas como las que podía tener con el presidente salvadoreño, Nayib Bukele, a quien llamó «arrogante» durante una entrevista con The New York Times en junio de 2024. En aquella oportunidad también había hablado del presidente argentino, Javier Milei, describiéndolo como «lleno de sí mismo» a pesar de que «no ha logrado nada desde que asumió la Presidencia».
«Creo que Noboa no está muy interesado en tener una buena imagen internacional mientras tenga el apoyo de EEUU. Mientras pueda moverse bajo ese supuesto tutelaje político, le importará poco lo que digan en la región, en la Unión Europea, China, Rusia o los BRICS», señaló.
De todos modos, Pérez enfatizó que ese aislamiento también tiene costos económicos para el país, fundamentalmente en lo que refiere a la inversión extranjera, dado que el país «no brinda seguridad en ese aspecto». «Algunas medidas que se toman violan la Constitución y el día de mañana puede haber reclamos internacionales o impugnaciones. ¿Quién quiere establecer relaciones con un país en que la seguridad jurídica está en riesgo?», cuestiona el experto.
Carranco Paredes subrayó que el poco eco de Noboa a nivel internacional ya había quedado de manifiesto en la Cumbre Iberoamericana que se desarrolló en la ciudad ecuatoriana de Cuenca en noviembre de 2024. «Solo asistieron tres jefes de Estado y no asistieron jefes de Gobierno, teniendo como antecedente que, en la edición anterior en Costa Rica, habían ido más de 23 jefes de Gobierno», ilustró.
¿Enviado de Trump o visita familiar?
Dentro de un panorama con pocas autoridades de primer nivel que anunciar, el Gobierno ecuatoriano buscó darle el mayor destaque posible a la visita de Kennedy Jr., replicando un comunicado de la Embajada de EEUU en Ecuador que asegura que la «Delegación Presidencial» que irá a Quito fue nombrada por el propio Trump.
Tanto Pérez como Carranco Paredes advirtieron que la presencia de Kennedy Jr., que actualmente se desempeña como secretario de Salud y Servicios Humanos, tiene más que ver con un detalle «personal» que institucional. Es que el estadounidense mantiene una relación de amistad con Álvaro Noboa, padre del actual presidente, e incluso fue padrino religioso de Santiago Noboa, hermano menor del actual presidente.
«La llegada de Robert Kennedy Jr. más que una representación oficial y diplomática tiene un carácter más afectivo y familiar, aunque por supuesto habrá una narrativa mediática que quiera destacarlo como un miembro del clan Kennedy, cuando la imagen de esa familia ya está muy desgastada en el mundo», reflexionó Pérez.
Para el experto, Kennedy Jr. «no es nada representativo» y resalta la ausencia del secretario de Estado estadounidense, Marco Rubio, quien sería «el más indicado» para expresar el respaldo estadounidense en caso de que Trump no asistiera.