
Desde temprano algunos visten sus camisetas y hablan de fútbol, aunque otros parecen al margen de la celebración absorbidos por los retos de la vida cotidiana, la cual sin dudas sufrirá una abrupta interrupción esta noche por un partido a 800 kilómetros de distancia.
Cerca de 20 mil aficionados parisinos encontrarán espacio en el majestuoso estadio Allianz Arena de Múnich y más de 40 mil tendrán su plaza en el Parque de los Príncipes de esta capital, donde se colocarán pantallas gigantes para disfrutar el espectáculo en tiempo real.
Unos ya organizaron las cosas para ver en casa el duelo, que será transmitido para todos gracias a una ley francesa sobre eventos de interés nacional, mientras otros buscan desesperados un hueco para verlo en los innumerables cafés, bares y bistrós parisinos, algunos de esos sitios obligados a proponer la reservación a sus clientes.
Incluso los que hace tiempo dejaron de hinchar por el fútbol, “porque es un negocio” o porque se cambiaron al rugby, un deporte con rivalidad que no rompe ni la camaradería y ni la sencillez, confiesan, como Didier, que hoy podrían hacer una excepción.
Francia, doble monarca del mundo en 1998 y 2018, no ve con frecuencia a sus clubes en la final de la Liga de Campeones, y en los últimos 30 años solo alcanzó esa instancia el propio PSG, derrotado en 2020 por el Bayern de Múnich en Lisboa, considerando que el Mónaco, finalista en 2004, aunque juega en la Ligue1, es un Estado (Principado) independiente.
Sin engaños, el respaldo al equipo rojiazul está lejos de ser unánime en suelo galo, bastaría preguntar en Marsella, y también en Lyon, donde muchos irán con el Inter y no aceptan extrapolar el nacionalismo al más universal de los deportes.
La Torre Eiffel, ese símbolo universal de París, lógicamente no quedará al margen de la fiesta, y desde el pitazo inicial en Múnich vestirá de rojo y azul para apoyar a los suyos, con el anuncio de que cada gol de los dirigidos por Luis Enrique hará que la estructura de 312 metros de altura brille de manera intermitente desde la base hasta la cima.
El PSG nunca ha levantado la copa “orejona”, el Inter lo ha hecho tres veces, pero en la Ciudad de la Luz se siente la confianza en que llegó el momento, en una suerte de ahora o nunca, dado el favoritismo del club en las apuestas y entre los entendidos.
Si se cumple el sueño, la emblemática avenida de los Campos Elíseos será el epicentro de los festejos, un verdadero dolor de cabeza para las autoridades.
La víspera, el prefecto de la Policía, Laurent Núñez, confirmó el despliegue de cinco mil 400 agentes para mantener el orden, consciente de que siempre hay malintencionados dispuestos a complicar las cosas.
El conteo regresivo en horas ya está activado, a las 21:00, hora local, y de Múnich, París será un balón.
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Prensa Latina 31.05.2025