El 22 de octubre, el Partido de los Comunistas de Moldavia, tras denunciar fraude electoral masivo, tampoco reconoció los resultados de la consulta sobre los cambios en la Constitución que buscan abrir el camino para la adhesión a la Unión Europea (UE).

Moldavia llevó a cabo el 20 de octubre la primera vuelta de las elecciones presidenciales y el polémico referéndum en el que el sí se impuso por un estrecho margen del 0,9% (10.564 votos).

El Partido de los Socialistas denunció que el referéndum se realizó en condiciones desiguales, las autoridades usaron recursos administrativos de forma ilegal y el día de la votación se cometieron irregularidades masivas. En concreto, en los colegios electorales se colgaron banderas de la UE, lo que se considera una forma abierta de propaganda electoral. Además, en muchos colegios electorales en las embajadas del país en el exterior se impidió la entrada a los delegados de los partidos opositores y se registró una numerosa llegada de autobuses con electores.

“El Partido de los Socialistas constata la ausencia de consenso en la sociedad moldava respecto a la integración en la UE, cuyo costo es la pérdida de la soberanía, y a la inclusión de la integración en la UE en la Constitución como ideología del Estado, lo cual contradice directamente al texto de la Carta Magna”, recalcó.

El exfiscal general moldavo Alexandr Stoianoglo, candidato socialista a la Presidencia moldava que pasó a la segunda vuelta, declaró que los resultados del referéndum son polémicos y difícilmente pueden considerarse legales.