La nueva administración de Donald Trump en EE.UU. no genera “gran preocupación” entre los integrantes del gobierno de Luiz Inácio Lula da Silva en Brasil, que consideran que las relaciones entre ambos países siempre se han guiado por el pragmatismo, incluso con líderes de tendencias políticas opuestas.

Según la periodista brasileña Natuza Nery, la tendencia es que Trump mantenga una postura de “indiferencia” hacia Brasil, en línea con las declaraciones del republicano sobre América Latina.

“Nos necesitan, nosotros no los necesitamos. Todo el mundo nos necesita“, comentó el estadounidense recientemente en una entrevista, en la que también dijo que espera que las relaciones bilaterales con Brasil sean “excelentes”.

La secretaria general del Ministerio de Relaciones Exteriores de Brasil, Maria Laura da Rocha, minimizó el comentario. “Él [Trump] puede decir lo que quiera, es el presidente electo de EE UU.. Analizaremos cada paso del gobierno, pero, como somos un pueblo con fe en la vida, buscaremos apoyar y trabajar no las divergencias, sino las convergencias“, respondió.

Los analistas, sin embargo, creen que un factor que podría alterar esta dinámica es la influencia del magnate Elon Musk. Algunos sectores del gobierno brasileño consideran que, si el dueño de X decide enfrentarse con Brasil, como sucedió en su reciente disputa con el magistrado Alexandre de Moraes, del Supremo Tribunal Federal, Trump podría adoptar una actitud más combativa.

El incumplimiento por parte de Musk de la legislación local brasileña terminó con la red social X, de su propiedad, suspendida en Brasil. Tras numerosas peleas con la Justicia, el magnate pagó una multa de 5 millones de dólares para que la plataforma volviese a funcionar tras 40 días inactiva.

Narrativa bolsonarista

Con la llegada de Trump a la presidencia, según O Globo, algunos aliados del expresidente Jair Bolsonaro —gran admirador del mandatario estadounidense y del magnate de origen sudafricano— han alimentado las expectativas de que se tomen represalias contra De Moraes, al frente de importantes investigaciones sobre el ultraderechista brasileño como el caso de las joyas sauditas, la trama golpista y las noticias falsas.

El diario afirma que la negativa del Supremo de aceptar la solicitud de devolución del pasaporte para que Bolsonaro pudiera asistir a la toma de posesión de Trump, ayudó a reforzar la narrativa bolsonarista de persecución jurídica entre sus aliados estadounidenses.

La Policía confiscó el pasaporte a Bolsonaro, inhabilitado políticamente, en febrero del año pasado, en una megaoperación por los ataques del 8 de enero de 2023 contra las sedes de los tres poderes en Brasilia. En noviembre, la corporación le acusó formalmente de responsabilidad con estos ataques.

La cuestión del medioambiente

A pesar del contexto actual, algunos observadores creen que Lula desea mantener una relación similar a la que tuvo con George W. Bush en 2002, marcada por la cordialidad pese a sus diferencias ideológicas. 

El mandatario brasileño, que no fue invitado a la investidura del estadounidense, ya aclaró que no quiere disputas “ni con Trump ni con nadie”. “Nosotros queremos paz, queremos armonía, queremos tener una relación donde la diplomacia sea la cosa más importante y no la desavenencia”, aseveró.

Sin embargo, el martes, Brasil, que en noviembre será sede de la conferencia ambiental de la ONU COP30 en la Amazonía, ya expresó su preocupación por la decisión de Trump de retirar a EE.UU. del acuerdo de París.

“Estamos todavía analizando las decisiones del presidente Trump, pero no hay la menor duda de que tendrá un impacto significativo en la preparación de la COP y en la manera en que vamos a tener que lidiar con el hecho de que un país tan importante se está desligando de este proceso”, comentó el diplomático André Aranha Corrêa do Lago, actual secretario de Clima, Energía y Medio Ambiente del Ministerio de Relaciones Exteriores de Brasil.

Rusia Today 22.01.2025