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Moscú aprecia el firme compromiso de Belgrado con el desarrollo de los lazos ruso-serbios a pesar de la presión sin precedentes de Occidente y la firmeza de Serbia al no sumarse a las sanciones antirrusas, declaró el secretario del Consejo de Seguridad ruso, Serguéi Shoigú, en una reunión con el viceprimer ministro serbio, Aleksandar Vulin.
“Apreciamos las relaciones fraternales que se han desarrollado entre nuestros países y pueblos, que han resistido la prueba del tiempo. Apreciamos la firme determinación de Belgrado de desarrollar los lazos ruso-serbios a pesar de la presión sin precedentes de Occidente. Tomamos nota de la firmeza de su país al no sumarse a las sanciones antirrusas”, declaró Shoigú.
A su vez, Serbia seguirá manteniendo esta posición de no alineación, prometió Vulin durante la reunión en la capital rusa, Moscú.
Asimismo, agregó que Serbia cometió un error al votar a favor de la resolución antirrusa sobre el conflicto en Ucrania en la Asamblea General de la ONU, señaló el viceprimer ministro de la república. Belgrado la reconoce oficialmente porque no quiere “ofender a los amigos”, explicó.
“El error que se produjo al votar en la Asamblea General de la ONU, como saben, ha sido corregido. Para nosotros es mucho más fácil admitir un error que ofender a nuestros amigos”, apuntó Vulin.
Anteriormente, el 24 de febrero, el organismo de la ONU aprobó un texto antirruso que exige a Moscú “la retirada inmediata, total e incondicional de todas sus fuerzas armadas del territorio de Ucrania”. También contiene un llamamiento unilateral a Rusia para que cese las hostilidades. Al mismo tiempo, los ataques terroristas de Kiev contra civiles rusos, así como los crímenes de las fuerzas armadas ucranianas en la región de Kursk, no se condenan ni mencionan en absoluto en el proyecto de resolución.
Moscú y Belgrado debaten protestas en Serbia
Moscú está preocupada por la situación en Belgrado y Rusia seguirá haciendo todo lo posible para apoyar al hermano pueblo serbio, expresó el secretario del Consejo de Seguridad de Rusia.
“Valoramos las relaciones existentes entre nuestros países. Estamos preocupados por lo que está sucediendo en Belgrado. Seguimos con alarma los acontecimientos del 15 de marzo. Me gustaría escuchar sus valoraciones sobre lo que está sucediendo”, subrayó Shoigú.
El funcionario destacó especialmente la “cooperación exitosa con la parte serbia en el ámbito de la seguridad”.
“Mantenemos un diálogo confidencial regular con usted e intercambiamos información, incluso con el fin de contrarrestar ‘las revoluciones de colores’. Eso ayuda a prevenir la desestabilización de la situación en la fraterna Serbia en condiciones geopolíticas cambiantes. Continuaremos haciendo todo lo posible para brindar apoyo al hermano pueblo serbio”, agregó.

Los manifestantes serbios, en su mayoría estudiantes y partidarios de la oposición, dificultaron anteriormente el trabajo de muchas instituciones de educación superior. Casi a diario bloquean carreteras y cruces de transporte, aunque sin causar grandes disturbios. Sus demandas incluyen la publicación de la documentación completa de la reconstrucción de la estación de tren de Novi Sad, la investigación y la responsabilidad penal de los funcionarios involucrados y la exención de procesamiento legal de todos los detenidos anteriormente en las protestas.
El presidente serbio, Aleksandar Vucic, firmó en enero pasado un documento para indultar a 13 participantes en protestas masivas, contra quienes la Fiscalía abrió causas penales por disturbios. Fueron indultados seis estudiantes, un decano de la facultad, un profesor asociado, cuatro directores de escuela y un empleado de la escuela de diferentes ciudades de Serbia.
El Gobierno puso a disposición del público miles de documentos relacionados con la reconstrucción de la estación. Al mismo tiempo, los dirigentes del país llaman a las fuerzas de oposición al diálogo, pero ese llamado sigue sin respuesta.
La Fiscalía Superior de Novi Sad, el pasado 30 de diciembre, presentó cargos contra el exministro de la Construcción, Transportes e Infraestructuras, Goran Vesic, y contra 12 personas con motivo del derrumbe en la estación de ferrocarril de Novi Sad y la muerte de 15 personas. En febrero, el caso fue trasladado a la Fiscalía del crimen organizado.
Las autoridades serbias creen que el objetivo de los manifestantes consiste en derrocar al Gobierno y al presidente, estando detrás de sus acciones los medios y organizaciones financiados por Occidente. Como señaló Vucic en febrero, desde el extranjero se invirtieron con ese fin 3.000 millones de euros en diez años. Al mismo tiempo, tanto él como el gobernante Partido Progresista Serbio (SPP) “por varias razones” se negaron a apoyar el proyecto de ley sobre agentes extranjeros, propuesto por su socio de coalición, el partido Movimiento de los Socialistas.
Sputnik 22.03.2025