La comunicación publicada este miércoles en el sitio oficial de la cancillería rusa, precisa que la devolución de la central a la industria nuclear rusa es un hecho consumado que la comunidad internacional debe reconocer.

Esta decisión excluye la transferencia tanto de la estación misma como del control sobre ella a otra parte, así como la inadmisibilidad de la gestión conjunta de la central nuclear de Zaporozhie con cualquier estado, aclara la nota del ente diplomático.

Igualmente destaca que no existen precedentes similares en la práctica mundial y que una gestión semigeneral podría complicar la protección de la seguridad nuclear y la regulación de la responsabilidad por daños nucleares.

Además, desde febrero de 2022 cuando la planta pasó a manos de Rusia, no se les permite a los representantes de la Organización del tratado del Atlántico Norte (OTAN) entrar en la central nuclear de Zaporozhie.

La cancillería rusa, además, recordó el potencial de sabotaje de los servicios de inteligencia de los países de la alianza atlántica que cooperan con Ucrania. Esto hace imposible incluso una presencia temporal de representantes de la OTAN en la estación.

Por otra parte, el presidente ucraniano, Vladimir Zelenski, tampoco estuvo de acuerdo con la propuesta del presidente estadounidense, Donald Trump, de transferir el control de las centrales nucleares ucranianas a Estados Unidos.

Washington propuso tomar el control de las centrales nucleares ucranianas como parte del acuerdo con ese país, sin embargo, desde Moscú advirtieron que la transferencia de las centrales nucleares ucranianas bajo control estadounidense creará riesgos para Rusia.

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Prensa Latina 26.03.2025