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La incorporación de Chile a los BRICS en la próxima reunión de julio se metió en la campaña electoral, tras ser defendida por algunos miembros del oficialismo chileno. Expertos consultados por Sputnik destacaron que el bloque contiene mercados «estratégicos» para Chile, pero enfatizaron la necesidad de mantener «pragmatismo».
Un debate entre los precandidatos a la presidencia del oficialismo volvió a poner en la agenda la posibilidad de que Chile se convierta en socio de los BRICS, el bloque de economías emergentes fundado por Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica, pero que se ha expandido hasta superar, desde 2025, la veintena de integrantes entre miembros plenos y Estados asociados.
La incorporación de los BRICS surgió como asunto a propósito de que Chile fue invitado por Brasil a participar de la próxima cumbre de bloque que se realizará en el mes de julio en Río de Janeiro. Allí, por invitación del Gobierno de Luiz Inacio Lula da Silva, Chile podría dar pasos clave para pasar a ser socio del bloque.
Durante el debate, la adhesión a los BRICS fue defendida por la precandidata del Partido Comunista, Jeannette Jara. «Me interesaría mucho que entráramos a los BRICS porque creo que son mercados importantes que se abren para nuestro país en alianza con países que son estratégicos en el desarrollo mundial como China e India», afirmó.

Ante algunos cuestionamientos de la precandidata Carolina Tohá sobre adherir a los BRICS mientras el conflicto entre Rusia y Ucrania sigue vigente, Jara respondió que «si fuera por no relacionarnos con ningún país que alguna vez ha tenido o viene actualmente en un conflicto tendríamos que salir de Naciones Unidas o de la Organización Mundial de la Salud«.
Las palabras de Jara fueron secundadas días después por el exsubsecretario de Relaciones Económicas Internacionales de la Cancillería chilena, José Miguel Ahumada, quien entrevistado por Radio Uchile defendió que acercarse a los BRICS «es una señal correcta dado el escenario actual«.
El académico remarcó que, mientras «en 1995 los miembros de los BRICS representaban alrededor de un 17% de la producción global, hoy son el 35%«. En contrapartida, Ahumada recordó que en ese mismo lapso, «el G7 cayó de un 45% a un 30%». «O sea, los BRICS son un bloque que incluye economías que están expandiéndose considerablemente y con las cuales Chile tiene nexos muy fuertes».
«Chile podría ser miembro asociado»
En diálogo con Sputnik, el analista internacional chileno Juan Eduardo Mendoza remarcó que la posible incorporación al bloque debería al menos ser estudiada por la Cancillería, dado que «nadie niega que tenemos una relación importante de nuestra economía con China, India o Brasil y que se trata de socios estratégicos».
De todos modos, enfatizó la importancia de que el país sudamericano analice el tema fiel a sus principios tradicionales de política exterior, con «pragmatismo y sin ideologización».
«Chile podría ser miembro asociado, quizás no un miembro pleno todavía de esta agrupación, pero con la puerta abierta para formar parte de otras agrupaciones», planteó el académico.
Para Mendoza, es importante que la eventual incorporación a los BRICS contemple, además de los intereses económicos de Chile, el «área geopolítica de interés» del país, que actualmente está centrada sobre el Asia-Pacífico, una zona que se ha transformado en un mercado prioritario para la economía chilena.

La presencia de Brasil, un aspecto clave
También consultada por Sputnik, la investigadora de la Fundación SOL Andrea Sato uno de los mayores atractivos detrás de la invitación a los BRICS puede estar en la posibilidad de «reforzar alianzas regionales«, aprovechando la presencia e importancia de Brasil en el grupo.
«La presencia de Brasil en los BRICS es interesante para Chile por la importancia geopolítica que tiene Brasil en América Latina y especialmente en Sudamérica. Ahí las discusiones son cómo reforzar las relaciones regionales con el vecindario en términos de acuerdos comerciales y cómo esto puede construir autonomías e independencia comercial de los países de América Latina y el Caribe», reflexionó.
Para la investigadora, si bien China es desde hace más de una década el principal socio comercial de Chile, no puede soslayarse el desafío que representa acercarse más al gigante asiático en tiempos de una «guerra comercial» abierta con EEUU.
Al respecto, consignó que el Gobierno chileno debe evaluar también el posible carácter «político» del bloque «en un mundo que aparece nuevamente como bipolar«. Así las cosas, enfatizó la importancia de que «la incorporación a nuevos bloques no implique una obediencia ciega a nuevas hegemonías».
De todas maneras, la académica consideró poco probable que Chile pueda recibir «represalias» de EEUU o la Unión Europea, dos mercados que en las últimas dos décadas han perdido pie para Chile en favor del crecimiento de China como socio comercial.
«Desde hace dos décadas que EEUU tiene una participación secundaria como socio comercial de Chile y la Unión Europea ha perdido centralidad e importancia, no solo para el mercado chileno sino el latinoamericano en general», recordó, señalando como poco probable que el país pueda recibir nuevos «castigos» como los aranceles que ya fueron anunciados a comienzos de 2025.
Así las cosas, Sato remarcó que resulta «importante» definir «a qué le va a apostar Chile en un contexto de crisis de hegemonía y transición en el mundo occidental» que parecen cambiar las relaciones de poder en el escenario internacional. Para la académica, es clave que Chile pueda evaluar «si conformar un bloque comercial implica sí o sí generar un nuevo bloque político».
Sputnik 30.05.2025