Activistas y organizaciones de derechos humanos consideran la construcción como “un acto de segregación”.
Un muro de 2,5 metros de altura y 40 metros de extensión, ubicado en “Cracolandia”, el mercado de drogas a cielo abierto en el centro de Sao Paulo, y que mantiene aisladas a las personas en situación de vulnerabilidad, ha reavivado las críticas sobre la gestión estatal.
La estructura, que fue levantada entre mayo y junio de 2024, sustituyó unos apartaderos metálicos y delimita en una zona triangular a cientos de personas.
A solução da prefeitura e do governo desastroso do Tarcísio para combater a Cracolândia é construir um muro para o pedestre não observarem os usuários usando drogas atrás. pic.twitter.com/IjXuSrpzIp
— Carlão Reaça (@OProprioCarlao) January 16, 2025
Según el Ejecutivo municipal, el muro se levantó “para proteger a las personas en situación de vulnerabilidad, así como a vecinos y peatones, y no por ‘confinamiento’“.
“Los revestimientos [de las vallas] se rompían con frecuencia, lo que suponía un riesgo de lesiones para estas personas. Por lo tanto, fueron sustituidos por mampostería”, detalló en una nota, que recoge la prensa.
“Un campo de concentración”
Activistas y organizaciones de derechos humanos califican la iniciativa como “un acto de segregación para invisibilizar a los más vulnerables”. En declaraciones a G1, Roberta Costa, del colectivo Craco Resiste, consideró que el muro se asemeja visualmente a “un campo de concentración”.
“Vivimos hoy en la ciudad un escenario absurdo y bizarro de violencia contra personas que están socialmente desprotegidas. Esto es algo que no ha comenzado recientemente; el gobierno lleva muchos años violentando a estas personas”, criticó.
También denunció que a los activistas se les impide ingresar a la zona para brindar servicios. “No cuidan y tampoco nos dejan cuidar. Ese triángulo delimitado por ese muro fue construido para que las personas que pasan con el coche no vean a las personas que están ahí”, explicó.
Y continuó: “Hemos denunciado el campo de tortura que se ha instalado. Las personas son confinadas y, en distintos momentos, cuando se realizan supuestos ‘operativos’ por parte de la Guardia Civil Metropolitana o la Policía Civil, se las obliga a sentarse en el suelo, inmóviles durante horas en un lugar sin refugio del sol ni de la lluvia”.
“Retirar el muro”
La Defensoría Pública de Sao Paulo pidió a la Alcaldía “retirar el muro, las vallas y cualquier barrera física que obstaculicen la libre circulación de personas, el acceso a agua potable y a baños”.
Asimismo, calificó el muro de “arquitectura hostil”, una técnica que se basa en la utilización de materiales, estructuras, equipos y técnicas constructivas para dejar aislada a la población sin hogar.
En un informe realizado en junio, poco después de la construcción del muro, la Defensoría calificó la zona de “corral humano” y aseguró que vieron cómo estos grupos vulnerables eran “escoltados” por la Policía y “direccionados a la zona cerrada”.
Por su parte, el Ministerio Público anunció que investigará la construcción del muro.
Rusia Today 16.01.2025